lunes, 26 de mayo de 2014

Psiquiatría y psicología antes, durante y después del nazismo





El desarrollo de la psiquiatría social, sus pioneros y sus perpetradores. El papel del editor J.F. Lehmann en la difusión de ideas que condujeron a los crímenes del nazismo.

PSIQUIATRÍA Y PSICOLOGÍA
ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DEL NAZISMO
Fernando Britos V.

¿Quiénes están familiarizados con el papel jugado por Julius Friedrich Lehmann[1] y su editorial en la emergencia de la psiquiatría social en Alemania y su desarrollo posterior en el sistema psiquiátrico del nazismo? ¿Qué tipo de ideología sustentó este hombre? ¿Quiénes eran sus amigos? ¿Cuáles de sus tesis han sobrevivido?
No son preguntas que corrientemente se formulen y paradojalmente no suelen plantearse en el ámbito académico. Esto se debe el trabajo que ha hecho o ha dejado de hacer la mayoría de los historiadores de la medicina, sostiene Peter Lehmann[2] (sin relación alguna con J.F.Lehmann) en un artículo titulado “El editor J.F. Lehmann como promotor de la psiquiatría social bajo el fascismo[3].
La mayoría de los historiadores de las ciencias de la salud ubican la responsabilidad por los horrores social-psiquiátricos en Alemania exclusivamente en Adolf Hitler y los dirigentes nazis. Al hacer esto no contribuyen a esclarecer los orígenes de la psiquiatría social y por el contrario encubren sus efectos como catalizador y como condición previa en la comisión de los crímenes de lesa humanidad que caracterizaron al Tercer Reich.
Existe una diferencia entre la orientación eugenésica de las concepciones social-psiquiátricas de aquellas épocas y sus variantes actuales. Hoy en día, la psiquiatría social puede ser vista como una corriente que aborda primordialmente la detección temprana de las desviaciones micro-políticas, el registro de “casos” y el tratamiento psicofarmacológico.
En estos tiempos, la psiquiatría social ha dejado de lado las concepciones antisemitas con las que antes estaba comprometida. Sin embargo, no ha abandonado sus premisas genéticas sino que les ha restado énfasis en respuesta al espíritu de los tiempos actuales. La creencia acerca de la influencia determinante y omnipotente de los factores genéticos está oculta ahora en el constructo “multifactorial” de la “enfermedad psiquiátrica”.
Por ende la práctica social-psiquiátrica actual hace énfasis en el papel terapéutico de las sustancias bioquímicas, en particular de las drogas neurolépticas (llamadas medicamentos anti-psicóticos). Esto sucede a pesar de los efectos secundarios, adicciones y daños permanentes que acarrea su administración aún durante cortos periodos. La psiquiatría social actual se presenta bajo una apariencia renovadora tal como lo hacía durante la época de auge de la eugenesia. Un ejemplo de esto es su actitud crítica hacia la psiquiatría institucional que parece reflejar el deseo común de rebajar los costos de atención de los pacientes. La psiquiatría social suele abogar por el uso de sustancias depot[4] para “mantener” a las víctimas de la psiquiatría fuera de las instituciones, en otros ámbitos de contención, lo que permite explotarlos en empresas de auto-ayuda creadas por profesionales desocupados o afectos a estos negocios privados.
Entre tanto, estas víctimas han permanecido esencialmente incambiadas desde hace más de un siglo: son personas que presentan inquietantes formas de vivir y de pensar, que se resisten a integrarse a formas de vivir definidas por las fuerzas del mercado (y el consumo) y cuyas angustias, desesperación, rechazo a comunicarse, sentimientos persecutorios, euforia, impulsos autodestructivos, etc. se han sometido a una sistemática y costosa incomprensión.
Cuando se observa el contexto en el cual el todavía respetado Emil Kraepelin[5] y sus sucesores desarrollaron su programa de psiquiatría social, desde fines del siglo XIX, se hace patente la razón por la que la moderna psiquiatría social ha ocultado sus raíces racistas, nacionalistas, militaristas y antisemitas.
Para reducir la incidencia de la locura, Kraepelin empezó a recomendar una intervención despiadada en la vida de las personas ya en 1918. En noviembre de 1920 dio una conferencia en el Departamento de Genealogía y Demografía del Instituto de Investigación Psiquiátrica con sede en Munich. En la misma reclamó una ampliación de la práctica psiquiátrica para intervenir contra todas las formas posibles de decadencia moral, contra la falta de una dirección clara y uniforme de los sentimientos, los pensamientos y las acciones y contra el “internacionalismo” (término con el que identificaba al marxismo). Esta operación fue denominada por Kraepelin como “psiquiatría social”, una forma de colonización interna.
Para ciertos psiquiatras europeos, especialmente alemanes y suizos, el desarrollo de una psiquiatría social parecía necesario sobre el fin de la Primera Guerra Mundial. Los soldados mentalmente enfermos, es decir aquellos que tenían sentimientos anti-militaristas o anti bélicos, los indisciplinados, eran considerados como los responsables de la derrota y de la paz miserable que había culminado en el Tratado de Versalles.
Políticos que ellos consideraban “mentalmente enfermos” como Rosa Luxemburgo[6], Karl Liebnecht[7], Erich Müsham[8] y Ernest Toller[9] frecuentemente eran identificados con los judíos y las fuerzas decadentes del internacionalismo. En 1919 un colega de Kraepelin planteaba que las relaciones de poder debían ser protegidas de los mentalmente enfermos mediante instituciones y acciones psiquiátricas preventivas para tratar terapéuticamente las “tendencias psicopáticas”.
Las grandes empresas industriales alemanas pronto empezaron a apoyar la psiquiatría social acuñada por Kraepelin. Krupp von Bohlen und Halbach siguió una sugerencia suya y financió el Instituto de Investigación de Rüdin. El magnate Fritz Thyssen participó en la Comisión de Expertos en Población y Ética Política que también integraron Himmler, Rüdin y Ploetz.
            La confluencia de la psiquiatría con el nacionalsocialismo durante la República de Weimar fue programada de antemano. Dondequiera que se empezó a promover el pensamiento psiquiátrico también se desarrollaron formas “sociales” de intervención, que estaban políticamente motivadas: por ejemplo, la esterilización, la castración y la “eutanasia”. Este no fue un fenómeno exclusivamente suizo o alemán. Gran Bretaña, los Estados Unidos, los países escandinavos, influenciados por teorías científicas pragmatistas y conductistas también fueron afectados por estos desarrollos.
En esa época, Alemania y Suiza eran considerados como los países psiquiátricamente más adelantados. En el Uruguay, a pesar de la influencia algo mayor de la psiquiatría francesa, las tesituras de los galenos germano parlantes eran estudiadas con interés reverencial, sobre todo en lo relativo a sus minuciosos esfuerzos en materia de taxonomía nosológica y sus concepciones eugenésicas.
Psiquiatras suizos como Eugen Bleuler[10] y Auguste Forel[11] tuvieron incidencia en la puesta en práctica de los crímenes de la social-psiquiatría durante el nazismo. De todos modos, más allá de estos hechos, hay un individuo que merece una consideración especial debido al papel que desempeñó en la diseminación y articulación de las ideas social-psiquiátricas, desde fines del siglo XIX: se trata de Julius Friedrich Lehmann.
            Mucho antes de 1933 muchos psiquiatras venían desarrollando y difundiendo concepciones pseudocientíficas racistas y clasistas que se apoyaban en la psicología experimental y la psicobiología alemanas. El nombre de J.F. Lehmann ocupa un lugar central entre los promotores de la psiquiatría social a lo largo de esos tempranos años. Nacido en 1864, en Zurich, cuarto hijo de un matrimonio alemán, Julius se trasladó a Munich y abrió, en 1890, una editorial, fundó una librería médica y simultáneamente se convirtió en el editor del Münchener Medizinische Wochenschrift (el Semanario Médico Muniqués). J.F. Lehmann se aseguró de que la regla no escrita del MMW se cumpliera estrictamente: ningún judío podía ser admitido en el comité editorial. Esto no fue óbice para que los reputados doctores de “pura raza aria” siguieran favoreciendo al semanario con sus contribuciones.
Lehmann no solamente consideraba sus publicaciones como “trincheras ideológicas” sino que participaba activamente en la lucha política. Trabajó y editó para varias organizaciones racistas, nacionalistas y de ultra derecha: la Sociedad Thule, la Sociedad por la Eugenesia, la Asociación Evangélica, la Tropa de Protección y Resistencia del Pueblo Alemán, los Freikorps de Von Epp y finalmente el Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP) al cual se afilió.
Los analistas han llegado a la conclusión que Lehmann se encontraba en una posición única al conjugar la prensa y su influencia personal en el seno de las organizaciones derechistas para alcanzar un impacto máximo. Otros ideólogos racistas no podrían haberlo hecho mejor. Conectó las actividades personales, publicitarias y de grupo con la operación política mediante la que Hitler consiguió aglutinar a las fuerzas oscuras que existían en Alemania. Es muy posible que la actividad de este actor político y su editorial haya jugado un papel determinante en el hecho que, de todas las profesiones, la medicina fue la que contó por lejos con la mayor proporción de afiliados al Partido Nazi.
Las publicaciones militaristas de Lehmann, como el anuario Taschenbuch der Kriegsflote (Manual de las Flotas de Guerra), desde 1906, le produjeron grandes ganancias. Estos trabajos guerreristas eran ávidamente procurados por quienes seguían la carrera armamentista en que estaban empeñadas las potencias imperialistas.
En 1917, Lehmann comenzó a editar el periódico político Deutschlands Erneuerung ( La Renovación de Alemania), que pretendía promover un renacimiento étnico “barriendo a todos los extraños a nuestro pueblo, todo lo destructivo y lo pérfido” y en el cual expresaba una ferviente oposición a la “predominancia judeo democrática, el pacifismo y el marxismo”.
Después de la Primera Guerra Mundial publicó Im Felde unbesiegt (Invictos en el campo de batalla) y Auf See unbesiegt (Invictos en la guerra naval) que se colocaron como literatura para la sala de espera de todos los consultorios médicos de Alemania. Estas publicaciones formaron parte importante de la infame leyenda de “la puñalada por la espalda” que constituyó el caldo de cultivo para el odio, el revanchismo y los crímenes inhumanos que se desencadenaron antes y después de la caída de la República de Weimar.
La capitulación durante la contienda de 1914-1918 fue exclusivamente resultado de un pedido desesperado del Alto Mando Alemán (con Ludendorff a la cabeza) ante la desintegración y derrumbe de sus fuerzas. Sin embargo, los responsables de la carnicería promovieron una leyenda que sostenía que los militares no habían sido derrotados en los campos de batalla sino por la traición de la retaguardia, de los políticos socialdemócratas, los marxistas, los judíos y los pacifistas, que además habían suscrito el rigurosísimo Tratado de Versalles. De este modo, el militarismo prusiano que había tirado la toalla para concentrarse en sofocar la revolución, eludió su responsabilidad en los desastres que había provocado y creó las condiciones para el surgimiento del nazismo y para volver a matar.
Lehmann también hizo mucho dinero publicando varios textos de medicina. La agudeza mercantil y política del editor contribuyó al éxito de autores como el psiquiatra Alfred E. Hoche[12]. Pocos años después (en 1920 y en la editorial S. Meisner de Leipzig) ese mismo sujeto fue coautor, con Karl Binding, de Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten Lebens (La legalización de la destrucción de vidas sin valor)[13].
Sus concepciones políticas reaccionarias hicieron que el millonario editor sufriera dos breves detenciones: la primera durante la República de Munich[14]. Una vez liberado se unió a las bandas de paramilitares protofascistas y ultranacionalistas (Freikorps) que ejecutaron sangrienta venganza contra los revolucionarios espartaquistas y sus seguidores, reales o supuestos. Durante su segundo arresto fue acusado de sedición contra el gobierno republicano pero sin consecuencias. Después de este benévolo tratamiento por parte de la justicia continuó su actividad sin interrupciones.
El 9 de noviembre de 1923, su mansión en Munich, sirvió de base durante el golpe de Estado que intentó Hitler. En ella, Rudolf Hess y cuarenta de los suyos mantuvieron secuestrados a ministros del gobierno bávaro. Hitler y Lehmann se encontraron en los primeros años del movimiento nazi y en 1924 el editor publicó en el Nº8 de su Deutschlands Erneuerung un artículo donde aquel justificaba su intento insurreccional y exigía “la patriótica destrucción de hasta el último marxista”.
En 1933, la Editorial Lehmann publicó la Gesetz zur Vehrütung erbkranken Nachwuchses (Ley para la prevención de descendencia de los genéticamente discapacitados) cuyos autores fueron Gütt, Rüdin y Rüttke, y otros textos similares de la Asociación Médica Alemana que fueron distribuidos a todo el cuerpo médico.
            El tercer rubro importante de su actividad editorial (además de las obras de medicina y las militaristas y ultranacionalistas) fue el de la literatura que promovía la eugenesia y el racismo. Ya en 1909, Lehmann publicó su primer obra racista. En 1911 publicó el catálogo de la Exposición Internacional de Higiene que se llevó a cabo en Dresden. En la misma, el psiquiatra suizo Ernst Rüdin, discípulo de Bleuler y Kraepelin, y Max von Gruber, un médico proponente del “mejoramiento de la raza”, mantuvieron una sección de eugenesia.
Todos ellos eran seguidores de Auguste Forel (responsable de la primera esterilización de pacientes psiquiátricos, en 1892, en el infame manicomio de Burghölzli[15]) quien permanentemente señalaba que varios líderes de la Comuna de París de 1871, habían terminado sus vidas en manicomios suizos.
El movimiento eugenicista que promovía el más crudo racismo y clasismo, practicaba un terrorismo pseudocientífico a propósito de la “degradación de las razas puras” y contra los movimientos sindicales y políticos que amenazaran el statu quo. El grupo de amigos, patrocinadores y protegidos de Lehmann incluía a Max von Gruber[16], Kraepelin, Ernst Rüdin[17] y Alfred Ploetz, en una primera instancia. Más adelante se sumaron Fritz Lenz[18], Erwin Baur[19] y Eugen Fischer[20].
Bleuler fue parcialmente cómplice en los crímenes de sus colegas desde que había declarado que los pacifistas que se oponían a la Primera Guerra Mundial eran agitadores irresponsables y se había encargado de mantenerlos internados en el manicomio Burghölzli. Uno de sus ayudantes señalaba que esos “pacientes”, animados por el éxito de la Revolución Rusa de 1917, se habían transformado en “apóstoles insanos de la paz y opositores a la guerra”. Desde 1923, Bleuler prologó y elogió las obras de Lenz que propendían francamente al genocidio.
Capitostes nazis como Arthur Gütt, Walther Darré, Heinrich Himmler y otros, integraron junto con J.F. Lehmann el comité editorial de Volk und Rasse (Pueblo y Raza) una revista que apareció por primera vez en 1926. Lehmann fue homenajeado por su copartidarios cuando cumplió 70 años y recibió la condecoración denominada Escudo del Águila del Tercer Reich. Su empresa siguió funcionando después de 1945 y treinta años más tarde fue absorbida por otra firma alemana pero las líneas editoriales que cultivó y especialmente la psiquiatría social han seguido operando hasta la actualidad.
Los psiquiatras y psicólogos que respaldaron los crímenes del nazismo y muchos de los que los llevaron a cabo siguieron ejerciendo impunemente hasta su retiro. A su vez hicieron escuela y sus discípulos están activos, no solamente en Alemania y Suiza sino en todo el mundo. Esta transición y el rostro actual de la llamada psiquiatría social que hemos señalado antes serán motivo de artículos venideros.






[1] Julius Friedrich Lehmann (1864, Zurich – 1935, Munich) editor de literatura médica y activista político de ultra derecha. Nació en Suiza pero en 1890 se mudó a Alemania compró, el "Münchener Medizinische Wochenschrift" revista médica que pronto transformó en la publicación más difundida. Sus publicaciones difundieron sistemáticamente las ideas que respaldaron los crímenes nazis, por ejemplo la esterilización forzada de los “seres inferiores”.
[2] Peter Lehmann  (n.1950) editor y autor berlinés referente de la antipsiquiatría humanística. Creó, en 1986, su propia editorial The Peter Lehmann Publishing House que no tiene conexión alguna con la industria farmacéutica, con organizaciones dependientes de ésta, con la Cienciología u otras sectas o dogmatismos de cualquier tipo. Más allá de la salud nada es más valioso que la libertad y la independencia sostiene P. Lehmann y los libros que difunde se sustentan en las convicciones fundamentales que siguen: 1) la psiquiatría, como disciplina científica no puede hacer justicia a la expectativa de resolver los problemas mentales que son mayormente de naturaleza social; 2) la propensión de la psiquiatría a usar la fuerza es una amenaza y 3) sus métodos diagnósticos obstruyen la visión de los reales problemas de los individuos en la sociedad. Lehmann es Doctor Honoris Causa de la Universidad de Tesalónica en Grecia y ha recibido la Orden al Mérito de la República Federal de Alemania, entre otros reconocimientos internacionales por su obra.
[3] Trabajo publicado en Changes – An International Journal of Psychology and Psychotherapy (Inglaterra), Vol.12 (1994), Nº 1, pp.37-49. Fue traducido del alemán por Peter Stastny (de  Psychologie und Gesellschaftskritik, Vol.18 (1992), N. 62, pp. 69-79.).
[4] Depot es un término farmacológico que se aplica a una sustancia que se inyecta o implanta, cuyo principio activo se libera lentamente a lo largo de días o meses (por extensión se emplea para efectos de acción gradual, sostenida o retardada).
[5] Emil Kraepelin (1856 - 1926) psiquiatra alemán considerado como el fundador de la psiquiatría científica moderna, la psicofarmacología y la genética psiquiátrica y como principal paladín del positivismo en la ciencia oficial. Kraepelin sostuvo que las enfermedades psiquiátricas son causadas principalmente por desórdenes biológicos y genéticos. Sus teorías y clasificaciones dominaron el campo de la psiquiatría desde principios del siglo XX. Se opuso a  las concepciones de Sigmund Freud.
[6] Rosa Luxemburgo (187115 de enero de 1919), militó activamente en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), hasta que en 1914 se opuso radicalmente a la Primera Guerra Mundial, por considerarla un enfrentamiento entre imperialistas. Integró la Liga Espartaquista, origen del Partido Comunista de Alemania (KPD). Tomó parte en la frustrada revolución de 1919 en Berlín, aun cuando este levantamiento tuvo lugar en contra de sus consejos. La revuelta fue sofocada con la intervención del ejército y la actuación de los freikorps (grupos de paramilitares reclutados entre los excombatientes recién desmovilizados y pagados por los industriales y banqueros). Cientos de personas, entre ellas Rosa Luxemburgo, fueron encarceladas, torturadas y asesinadas por dichos grupos.
[7] Karl Liebknecht (1871 - Berlín, 15 de enero de 1919) cofundador con Rosa Luxemburgo de la Liga Espartaquista y del Partido Comunista de Alemania. Se opuso a la Primera Guerra Mundial y participó en el Levantamiento Espartaquista, en 1919. Luxemburgo y Liebknecht fueron asesinados.
[8] Erich Kurt Mühsam (1878 – 1934) escritor, periodista, poeta y dramaturgo. Como actor de cabaret, alcanzó fama internacional durante los años de la República de Weimar por obras que condenaban el nazismo y satirizaban la figura de Adolf Hitler, poco antes de la llegada de este al poder en 1933. Participó en la Revolución alemana de 1918-1919. Murió el 10 de julio de 1934, asesinado por las SS en el campo de concentración de Oranienburg.
[9] Ernst Toller (1893-1939), poeta, dramaturgo y revolucionario alemán de origen judío. Participó en la Liga Espartaquista y escribió varias obras expresionistas. Toller combatió en la Primera Guerra Mundial y terminada la misma participó en la República Soviética de Baviera. En 1933, tras la toma del poder por los nazis, emigró a América del Norte donde se suicidó en 1939.
[10] Paul Eugen Bleuler (1857- 1939) psiquiatra y psicólogo suizo conocido por su definición de la esquizofrenia y del autismo como entidades nosológicas. Durante décadas dirigió el manicomio suizo Burghölzli. Inicialmente vinculado al desarrollo del psicoanálisis, se separó de Freud e intentó conciliar las teorías de este con las de Wilhelm Wundt, el psicólogo experimental alemán. Carl Gustav Jung fue ayudante de Bleuler. En 1935, Bleluler escribió un ensayo a favor de la eutanasia para aliviar el sufrimiento individual pero al mismo tiempo argumentaba en contra de la misma para aliviar penas comunitarias. También produjo un ensayo sobre la “idiocia moral” basado en un estudio de todos los parlamentos europeos.
[11] Auguste Forel (1848 - 1931) entomólogo, neuroanatomista, sexólogo y psiquiatra suizo. Conocido por sus trabajos sobre las hormigas, fue uno de los pioneros de la sexología  y de la lucha contra el alcoholismo. Profesor en la Universidad de Zurich y director de la clínica psiquiátrica de 1879 a 1898. Principal promotor del eugenismo en Suiza, practicó esterilizaciones forzadas.

[12] Alfred Erich Hoche (1865 - 1943) psiquiatra alemán conocido por sus ensayos sobre eugenesia y eutanasia.
[13] El jurisconsulto Karl Binding (1846-1920) y el psiquiatra Alfred Hoche (1865-1943)  argumentaron en esa obra  favor de la eutanasia de ciertas poblaciones: los enfermos mentales, los discapacitados físicos y otras, como genéticamente peligrosas y financieramente onerosas para la sociedad y ofrecieron un fundamento presuntamente legal y científico para eliminarlos. Su argumento provocó considerable oposición pero tuvo decisiva influencia en el desarrollo del programa genocida Aktion T-4 que los nazis llevaron a cabo.
[14] La República de los Consejos de Baviera o República Soviética de Baviera (en alemán: Bayrische Räterepublik, también llamada Münchner Räterepublik), fue una breve administración revolucionaria que consistía en una serie de consejos obreros, campesinos y soldados federados y un gobierno coordinador que fue formada en Baviera, durante los primeros días de la República de Weimar, tras la derrota del país en la Primera Guerra Mundial. En abril de 1919 ocurrió el intento de transformar la República de Baviera, en una administración socialista, bajo la forma de una "democracia de consejos" al estilo soviético, después del asesinato del presidente Kurt Eisner por un ultranacionalista de derechas, en febrero de 1919. Este intento se mantuvo desde el 7 de abril al 3 de mayo de 1919.

[15] Hospital Psiquiátrico de la Universidad de Zúrich, localizado en Burghölzli, una colina boscosa. El manicomio fue construido en 1870. Hasta 1879, el hospital tuvo tres directores. Todos ellos ejercieron la medicina desde bases biológicas, con patología cerebral y la fisiología era el centro de sus investigaciones. Auguste Forel (1848-1931) fue el cuarto director de Burghölzli, y pasó casi veinte años desempeñando su puesto. Bajo su mando, el hospital comenzó a ganar reconocimiento como centro de la psiquiatría clásica. Forel combinó el enfoque de la psiquiatría francesa con la despiadada orientación biológica del pensamiento psiquiátrico de la escuela alemana. En 1898, Eugene Bleuler (1857-1939) llegó a ser el director hasta 1927. Además de Carl Jung, muchos renombrados psiquiatras pasaron parte de su carrera en Burghölzli, incluyendo, entre otros, a Karl Abraham (1877-1925), Ludwig Binswanger (1881-1966), Hermann Rorschach (1884-1922) y Franz Riklin (1878-1938).
[16] Max von Gruber (1853-1927) psicólogo austríaco que se dedicó a la “higiene racial” y la sexología. Aunque ideológicamente era derechista y reaccionario, es recordado por los comentarios racistas que hizo como perito, cuando Hitler fue juzgado por su intento de golpe de Estado, en 1923.  Describió al futuro Führer así: “era la primera vez que veía  Hitler de cerca. Rostro y cráneo de tipo inferior, bastardo; frente baja y retrógrada, fea nariz, amplios pómulos, ojos pequeños, cabello oscuro. Expresión que no corresponde a un hombre que ejerce autoridad en perfecto autocontrol sino en excitación delirante. En definitiva una expresión de egotismo satisfecho”.
[17] Ernst Rüdin (1874 – 1952), psiquiatra y eugenicista suizo que se convirtió en el principal experto y responsable de las teorías racistas del nazismo. Junto con su cuñado Alfred Ploetz (fanático de la higiene racial y el darwinismo social) desarrolló el concepto de “pronóstico genético empírico” de las enfermedades mentales y sobre genética de la esquizofrenia en 1916.  Entre 1917 y 1945 fue Director del Departamento Genealógico- Demográfico del Instituto Alemán de Investigación Psiquiátrica en Munich. Dirigió uno de las primeras instituciones de investigación eugenésica (“mejora de la raza”), el Instituto Kaiser Guillermo, también el Instituto Max Planck de Investigación Cerebral en Frankfurt y la Sociedad Alemana de Higiene Racial que promovió el genocidio. Fue uno de los progenitores de la ideología nazi, condecorado por Hitler. Aunque fue el principal asesorar en la “eliminación de las razas e individuos inferiores”. Increíblemente apenas fue detenido en 1945 y liberado al año siguiente por gestiones del Instituto Max Planck. No fue juzgado en Nuremberg, donde debía habérsele sentenciado a la horca por su terribles crímenes y siguió ejerciendo tranquilamente hasta su muerte en la República Federal Alemana.
[18] Fritz A Lenz (1887 - 1976) genetista nazi alemán, especialista en “higiene racial” (eugenesia) durante el Tercer Reich. Desarrolló el “racismo científico” que sirvió la base al genocidio a partir de las Leyes de Nuremberg de 1935. Discípulo de Ploetz (el cuñado de Rüdin) fue el encargado de publicar los “Archivos de Biología Social y Racial” entre 1913 y 1933. En 1923 fue el primer catedrático de eugenesia en Munich. En 1933 cuando Hitler se hizo del gobierno, Lenz se instaló en Berlín para dirigir el flamante Departamento de Eugenesia del Instituto Kaiser Guillermo de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia. Se especializó en la trasmisión de enfermedades hereditarias humanas y “salud racial”. Publicó obra con sus compinches Baur y Fischer, en 1936. Jugaron un papel preponderante en las medidas para eliminar a los seres inferiores o “vidas carentes de valor” (Lebensunwertes Leben). Siendo Director del Instituto Kaiser Guillermo, Lenz se afilió al Partido Nazi en 1937. Después de la caída del Tercer Reich siguió desempeñándose tranquilamente como Profesor de Genética de la Universidad de Goettingen (en Baja Sajonia, primero zona de ocupación británica, después República Federal Alemana). Cuando se le echó en cara su pasado como criminal nazi insistió en que las teorías eugenésicas habían sido científicamente comprobadas. Murió en su casa a los 89 años. Debió haber sido ahorcado en Nuremberg.
[19] Erwin Baur (1875 – 1933) genetista y botánico alemán considerado como el padre de la herencia de los plástidos y la virología de las plantas. Su obra racista acerca de los humanos (entre 1921 y 1932) fue inspiración decisiva para las ideas biológicas que Adolf Hitler incluyó en Mein Kampf. 
[20] Eugen Fischer (18741967) profesor nazi de medicina, antropología y eugenesia (Friburgo, Wurzburgo). Durante la Segunda Guerra Mundial fue el responsable de la “higiene racial” aplicada para enviar a judíos, gitanos y prisioneros a los campos de exterminio. También consideraba racialmente defectuosos a los bastardos y a los enfermos mentales. Después de la caída del Tercer Reich continuó tranquilamente con su carrera académica y murió en su casa a pocos días de cumplir 93 años. Debió ser juzgado por su responsabilidad directa en el genocidio y ahorcado en Nuremberg.