sábado, 29 de noviembre de 2014

Crazyglorita y los zombis



CRAZYGLORITA Y LOS ZOMBIS
Lic. Fernando Britos V.
     Vino de España y siguió a Buenos Aires: el pasaje de una promotora del más rancio derechismo bajo una apariencia fashion, moderna y positiva. ¿Cuál es el mensaje? ¿Quién lo dirige y lo financia? ¿Quién forma parte del cortejo? ¿Quién invita y quién aplaude?
En setiembre pasado y durante dos o tres días, se llevó a cabo en Zaragoza, una reunión pomposamente promovida como “Parlamento Iberoamericano de la Juventud”. Bajo esa denominación publicitaria se llevó a cabo un conciliábulo de zombis políticos con jóvenes fashion para promover acciones propagandísticas de la derecha latinoamericana.
Como “parlamento” supone la idea de representatividad amplia, propia de la democracia republicana, adoptaron ese nombre para un cónclave elitista. Lo de “iberoamericano” pretende ocultar, a duras penas, que el patrocinio económico e ideológico proviene de los servicios de inteligencia y los centros políticos de la derecha estadounidense, alemana y española. Lo de la juventud responde a una panoplia de jóvenes prácticamente desconocidos en sus países, cultivados como figuras de la “nueva derecha”, rematadamente pitucos, que se reúnen para homenajear a los cadáveres políticos de la “vieja derecha” y recibir orientación para la desestabilización de los gobiernos progresistas en las Américas.
Los lectores comprenderán inmediatamente cuáles son los verdaderos propósitos de este cónclave porque el invitado especial, representante plenipotenciario y homenajeado por la “Red Iberoamérica LIDER”[1] en Zaragoza fue Luis Alberto Lacalle Herrera, junto con dos o tres gerontes de similar prosapia derechista.
Ese cónclave fue el que eyectó a Crazyglorita - el alias electrónico de Gloria Álvarez - la joven guatemalteca que visitó Montevideo para “remover un poco el tramo final de una campaña electoral chata”. ¿Por qué enviaron a esta politóloga y no alguna de las figuras juveniles uruguayas que presumiblemente formaron el cortejo del Cuqui en Zaragoza? [2] _En primer lugar porque para los organizadores la muchacha tiene sus virtudes, entre las que se cuentan sus antecedentes. Nacida en Guatemala pero descendiente de oligarcas húngaros y cubanos anticastristas. Prohijada por viejos provocadores y paniaguados de la CIA, como Carlos A. Montaner, el epítome del gusano, actualmente en España.
Esta niña fashion, en un país de grandes mujeres como Guatemala, es poco conocida y aunque ella aspira a ser Presidenta de la República solamente representa los intereses de la oligarquía empresarial enriquecida con la corrupción, la tiranía y el genocidio que asoló a su nación. Por otra parte es lo suficientemente desconocida en el resto de los países como para ser presentada sin el lastre agobiante de su imagen pituca y derechista.
Cuando en una entrevista de autopromoción le preguntaron acerca de su vinculación con las realidades de su país contestó con enternecedora ingenuidad: “He tenido relación con la pobreza desde que era chiquita. Mi primera amiga, a los cinco años, era una niña indígena. Su papá trabajaba en una casa que estaban construyendo al lado, y vivían en una choza, a mí me parecía de lo más normal (…) era una casa muy humilde, ella sufría violencia intrafamiliar y yo pude ver eso”, dice. Además, cuenta que el colegio siempre los llevaron “a conocer niños enfermos de sida, de cáncer y producto de padres con drogadicción”. Esto, afirma, la impactó. “También visité escuelas donde los niños se sentaban en blocs y esto me chocaba (…) siempre he querido ver cómo las personas pueden estar mejor; al final esto es para lo que me preparé” (todo sic).
Gloria Álvarez es operada por el Movimiento Cívico Nacional (MCN) de Guatemala. Esta es una organización financiada por 28 grandes empresarios guatemaltecos y por la Agencia de Cooperación de los Estados Unidos (USAID) a través de una “Fundación para la Democracia” que es su fachada.
Rodrigo Arenas, el Presidente del MCN, refirió los objetivos de esta asociación : “Nosotros no estamos haciendo esto por fines lucrativos obviamente (…) nosotros estamos haciendo esto (…) porque creemos que tenemos la visión correcta para sacar adelante al país, no es sacar a los empresarios (…) yo me atrevería a decirte que toda esa fuerza empresarial ya no necesita que nadie los ayude a salir adelante, nosotros por el contrario por lo que estamos trabajando es para que esa estructura de éxito llegue a todos lados (…) entonces nuestra estrategia es empresarial porque es la manera en que estamos hechos y yo creo que es la manera más exitosa, ahora que seamos empresarios no quiere decir que no tengamos corazón (…) los mejores empresarios del mundo son los que le demuestran a su gente que aunque ellos sean los accionistas de las empresas o los dueños, la empresa que trabajan es de todos y ese es realmente nuestro espíritu (entrevista, 29 de enero de 2013).
En suma, el MCN es un grupo de presión, nacido en el 2009, que responde a los intereses de la oligarquía guatemalteca. Son propagandistas del liberalismo económico más reaccionario. “El zorro libre en el gallinero libre” podría ser su lema como adalides del individualismo feroz y del más crudo rechazo a las políticas sociales, la solidaridad, la inclusión. Adoran a Friedrich Von Hayek (1899-1992), el economista austríaco, campeón del liberalismo económico y del individualismo salvaje, enemigo del socialismo, de Keynes y de cualquier concepción diferente de la filosofía solipsista de los zombis [3].
    El viejo anatema de los talibanes del liberalismo económico y el individualismo filosófico se proyecta contra el populismo como ellos denominan a cualquier política de izquierda, cualquier intento de transformación de la sociedad en un sentido inclusivo y solidario.
En América Latina el blanco de sus ataques son los gobiernos progresistas, de Uruguay (“Mujica es populista”), de Argentina (“Cristina Fernández es populista”), de Brasil (“Dilma Roussef es populista”), de Chile (Michelle Bachelet es populista”), de Bolivia (“Evo Morales es populista”), de Ecuador (“Rafael Correa es populista”), de Venezuela (“Nicolás Maduro es populista”) y todo los demás tienen algún pecado populista que debe ser erradicado en defensa de la libertad de los ricos y contra la tiranía del pobrerío inculto.
Al populismo hay que verlo como un chantaje y una manipulación – predicó Crazyglorita – a través de la cual hay dictadores que se disfrazan de democracia y juegan con las ilusiones, las esperanzas y las necesidades de las poblaciones de nuestros países”.
Para combatir al populismo hay que echar mano a la tecnología y la educación, vieja propuesta de los imperialistas y derechistas desestabilizadores de democracias. Por otra parte, el discurso de esta licenciada fue acá en Uruguay más cauto porque las concepciones que defiende venían de sufrir una debacle electoral. Diez años de un gobierno progresista fueron reafirmados por el soberano y un discurso agresivo se hubiera dado de bruces con una pura manifestación democrática. Nótese que en otros países, como en la Argentina, su discurso es más belicoso y provocador.
Los objetivos del ataque no son solamente los “gobiernos populistas” sino también los intentos integradores latinoamericanos (Unasur, Mercosur, CELAC, etc.) y por eso en el lanzamiento zaragozano de la ofensiva se esgrime el concepto “iberoamericano” con el que el capitalismo rapaz español encubre su “colonialismo hispanista”.
A pesar de la crisis en que está sumida España (y tal vez por eso mismo) en medio de la corruptela, de una monarquía degenerada y de los escándalos cada vez mayores, el encuentro “juvenil” fue financiado por la Fundación Carolina que, a su vez contó con los dinerillos de los bancos Santander (División Santander Universidades) y BBVA, los grupos Prisa y Planeta, la Telefónica y Repsol, entre otras grandes empresas.
Esta es una operación internacional de vastos alcances. Una verdadera internacional de la derecha política, una base de los zombis políticos, es decir de “los cuerpos sin alma” y “las almas sin cuerpo” que pueblan este jet set del liberalismo.
Una de las claves es una red extraordinariamente diversificada de fundaciones, sociedades y últimamente redes, que eluden la fracasada denominación como partidos políticos o movimientos ideológicos para esconder sus verdaderos propósitos y aluden a la “renovación”, “la modernidad” y la “revolución positiva”.
Otra es un conjunto de universidades privadas e institutos de toda laya y también las cadenas y redes de medios de comunicación, emisoras de televisión y radio, agencias noticiosas, así como diarios, periódicos y revistas en todos los soportes.
Un cúmulo de asociaciones civiles, cámaras empresariales y sociedades agropecuarias constituye parte importante de la organización corporativa y tentacular de la derecha política. Finalmente se suman sectas y organizaciones religiosas, católicas, protestantes, judías, con adhesiones más o menos clandestinas pero con claras apetencias de poder político como es el caso señero del Opus Dei.
El verdadero centro financiero e ideológico de toda esta armazón, que cuenta con enormes sumas de dinero, muy poca originalidad y escasos adherentes reconocidos en los diferentes países, se encuentra en los Estados Unidos y en Alemania, en sus servicios de inteligencia y en sus “think tank” conservadores. The Heritage Foundation, el Cato Institute y la Friedrich Naumann Stiftung [4], para no citar sino las principales fachadas públicas, son quienes vierten la mayor parte de los millones de dólares con que cuentan estos emprendimientos.
Es muy probable que, además de las contribuciones que hacen los ricos empresarios de los distintos países, la internacional derechista y concretamente la “Red Liberal”, reciba fondos del narcotráfico, el contrabando de armas, el tráfico de personas y otros turbios negociados criminales que ideológicamente siempre coinciden con “la filosofía de la libre empresa”.
Muy elocuente acerca de estas redes que promueven las ideas de derecha en forma elíptica a la política es la denominación de las organizaciones que patrocinan a Crazyglorita en Buenos Aires: Fundación Federalismo y Libertad (con zombis políticos como Domingo Cavallo, Ricardo López Murphy, Mauricio Macri, Fernández Meijide, etc.); Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa; la rosarina Fundación Bases (“amigos de la sociedad abierta” cuya misión es influir sobre los universitarios); Fundación Atlas 1853; Instituto Hayek; la Asociación Despertar; las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); la Fundación Libertad/REFUNDAR (apoyada por 200 empresas entre ellas los siete mayores bancos de la Argentina); la Fundación Judaica (del conservador rabino Bergman, diputado del PRO); la Fundación Cívico Republicana ( de R. López Murphy en solitario); Junior Achievement (una franquicia internacional como si se tratara de vender ropa o hamburgueses cuyos dueños son Morgan Bank, Citibank, Fiat, Sol Petróleo, La Nación, BBVA, Hewlett Packard, HSBC, entre otros); Help Argentina; la Sociedad Rural Argentina; Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, etc.
Las redes internacionales tienen sus corresponsales en Uruguay. Por ejemplo la Heritage Foundation y el Instituto Millenium se corresponden con el Instituto Manuel Oribe del Partido Nacional. Entre los referentes de esas redes derechistas se encuentran nombres como el Dr. Pablo Da Silveira de la UCUDAL, el Sr. Hernán Bonilla de la Universidad ORT o José Ignacio Abó Zumarán de la Universidad de Montevideo (la universidad del Opus Dei).
Es evidente que la presencia de la politóloga guatemalteca y su prédica anti populista fue instrumentada y sincronizada para influir en la campaña electoral, tanto en Uruguay como en Argentina. Sin embargo, quienes la “invitaron” en setiembre no contaban con el descalabro electoral de blancos y colorados en las elecciones del 26 de octubre.
Su actuación en nuestro medio se limitó a algunas conferencias, que con su clásico estilo “El País” presentó bajo el título “Charla en Cámara de Diputados”, ocultando el hecho que le consiguieron “la antesala de la cámara” como local para hablar con un puñado de invitados.
Ese titular se usará para decir que Crazyglorita habló en sesión del parlamento uruguayo. La cobertura mediática por los grandes medios de comunicación de nuestro medio, siempre jugados a la derecha, fue desproporcionada y la actuación de la conferencista mostró su ignorancia y verdadera intención como propagandista. De las charlas que iba a mantener en Minas, Tacuarembó, Maldonado, Paysandú, Mercedes y Florida, no se supo nada aunque el “cassette” y el “power point” ha de haber sido el mismo.
Efectivamente, algunos colorados no bordaberristas vieron que en su “power point”, la guatemalteca había incluido a don José Batlle y Ordóñez entre los vituperados populistas. Todos notaron que también confundió a Uruguay con Paraguay (algo así como que un politólogo uruguayo confundiera a Guatemala con Honduras).
Estos son problemas menores que pueden atribuirse al alma mater de la politóloga, la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Esta universidad privada es una hechura del CACIF (Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, el órgano máximo del poder de la iniciativa privada) y la principal, aunque no la única universidad[5] mediante la cual se recluta y entrena a la elite derechista.
La visita de Crazyglorita fue concebida como una discreta pieza de campaña ideológica de la fórmula Lacalle-Larrañaga y para ello era necesario que quienes aparecieran como sus anfitriones no fuesen los candidatos, sus ideólogos o sus asesores de imagen. Para esto se apeló a una figura empresarial exitosa, una mujer fashion: Lourdes Rapalín.
La Sra. Rapalín y su consorte Andrés Padín, son empresarios del fitness, dueños de la muy promovida Bethel Spa, una cadena de gimnasios/clínicas de belleza/casas de masajes, que además pertenecen al género de “políticos/empresarios/religiosos”. En efecto, Rapalín adhirió al Partido Nacional e intentó llegar, sin éxito, al parlamento como parte los integrantes de sectas que resolvieron capitalizar políticamente su carisma o vínculos religiosos.
Pertenecen a esa constelación de “gente bendecida” que se acercó a la iglesia católica por el lado de las parroquias “carismáticas” y su onda salvacionista y de autoayuda, para alcanzar el éxito económico primero y proyectarse a la política como “social-cristianos”, católicos o protestantes, después.
Siguiendo sus tendencias reaccionarias y fanáticas (no a la legalización del aborto, no al matrimonio igualitario, si a la baja, si a la mano dura) abandonaron a Larrañaga, se sumaron a Lacalle Pou y dejaron a Jorge Gandini mirando la fiambrera.
En la visita de la guatemalteca, actuaron como anfitriones por encargo. Cuando Lacalle Pou siga la ruta de los zombis y vaya a algún encuentro fashion de anti populistas seguramente formarán parte del cortejo y tal vez hasta liguen algún viaje propagandístico para hacer de Crazyglorita en otras latitudes, por ejemplo en Guatemala.




[1] En sus propias palabras “la Red Iberoamérica LIDER , está concebida en los valores de: Libertad, Igualdad, Democracia, Educación y Respeto , los cuales guían el actuar de la organización, creada con la intención de agrupar a través de una red iberoamericana, los distintos movimientos juveniles políticos que defiendan los derechos fundamentales, la democracia, la libertad y el pluralismo político existentes en el conjunto de países de habla hispana que conforman el continente americano en conexión con la península ibérica”(sic). En realidad responden a la orientación del anciano politólogo anticomunista estadounidense Gene Sharp, promovido como “el gran desestabilizador pacífico” de gobiernos con los que no simpatizan los EUA.
[2] En el roster de “jóvenes viejos” figuran los impresentables políticos blancos Roel Bottari y Christian Nuñez.
[3] Lo más parecido a Von Hayek por estas latitudes es el Dr. Ramón Tomás Díaz (n.1926), sus corifeos y sus colegas de la Sociedad Mont Pelerin creada por el primero.
[4] Esta fundación creada por el antiguo presidente conservador de la RFA, Theodor Heuss, últimamente agregó a su desabrida denominación, “fur die Freiheit” (para la libertad).
[5] Además cuentan con otras pequeñas pero acaudaladas instituciones como la Universidad del Valle y la Universidad del Istmo.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Psicología positiva y campaña política





LAS FALSAS MAYORÍAS Y LA TIRANÍA DE LAS MINORÍAS
Lic. Fernando Britos V.
Cuando nos referimos al uso de la psicología positiva por parte de los publicistas del partido Nacional como un recurso de campaña dirigido a la primera ronda de las elecciones nacionales, se veía venir el desenlace que pronosticamos.
La psicología positiva y la inteligencia emocional, integrantes de la llamada literatura de autoayuda, eran parte de un paquete destinado a capturar la atención de los electores y en definitiva a manipularlos.
“No estamos en contra de nadie, no eliminaremos lo bueno que ha hecho el gobierno, nosotros lo haremos mejor” y una serie de apelaciones propagandísticas “fuerza renovadora”, “triunfadora y arrasadoramente positiva”, “somos hoy, somos ahora”, “somos el cambio”, etc. etc.
Los resultados del 26 de octubre dejaron en evidencia la falta de sustancia de las consignas y su escaso efecto sobre los votantes. En consecuencia los creyentes que se habían entusiasmado con los jingles sufrieron un durísimo golpe.
Los votos de la primera ronda electoral derrumbaron todas las expectativas positivas construidas con una enorme inversión publicitaria y una gran contribución ideológica de la mayoría de los medios masivos de comunicación y buena parte de los estudios de opinión pública.
El Frente Amplio mantuvo su caudal electoral y la mayoría parlamentaria. Los jóvenes y las capas medias siguen votándolo mayoritariamente. En el interior las pérdidas de blancos y colorados han sido mayúsculas. Las perspectivas que veían halagüeñas para una unión electoral en Montevideo (el  aparataje del llamado Partido de la Concertación) se han vuelto irrisorias en sentido literal.
Sin embargo la psicología positiva no solamente busca resaltar el presente y el futuro inmediato (ocultando el pasado y las metas más concretas) sino que proporciona una forma vicariante de justificación del fracaso si este sobreviene: el problema es de los creyentes que no se esforzaron lo suficiente.
Las circunstancias concretas y los verdaderos responsables de la manija “positiva” permanecen piadosamente al margen de las críticas y tienen posibilidad de hacer rectificaciones.
Con vistas al balotaje del 30 de noviembre debieron corregir el rumbo con dos objetivos más o menos claros, por un lado evitar una derrota demasiado estrepitosa, como ahora se la están vaticinando  las vapuleadas encuestas de opinión.
Por otro lado se trata de procurar un repliegue ordenado de las fuerzas (evitando la desbandada de los votantes desencantados que sufren el “shock post-positivo”) para encarar  la última batalla del periodo, las elecciones departamentales de mayo del año venidero.
Las consignas de la psicología positiva tienen escaso poder para reagrupar fuerzas, así que se debió hacer una transición rápida de la dulzura a un enfoque agresivo, a pegar y pegar.
El Dr. Jorge Larrañaga,  candidato a la vicepresidencia y eterno segundón, pretende rescatar capital electoral de la debacle y para hacerlo vuelve a su papel de “guapo” (tal el sobrenombre que le dan sus seguidores), el enronquecido orador de barricada.
El candidato presidencial, el Dr. Lacalle Pou, que se confiesa casado con la psicología positiva para la eternidad también ha cambiado la dosificación de su discurso, diluyendo sus apelaciones benévolas y adoptando una actitud más desafiante y confrontativa: el papel de “cancherito”.
Ni los más voluntaristas de los asesores del Partido Nacional pueden prometer ahora un cambio radical en los resultados del 30 de noviembre y casi lo único que pueden hacer (y que le pueden vender a sus candidatos) son algunos añejos espantajos.
El mecanismo goebbelsiano, diestramente manejado por los nazis entre 1924 y 1933, consistía en sostener  que una mentira repetida muchas veces, con convicción y medios suficientes, podía transformarse en verdad para la multitud.
El nuevo mecanismo es más tonto: pretenden que una bobería repetida se transforme en una afirmación inteligente y convincente. Entonces se empeñan en machacar en un par de boberías. Por un lado, al tener que adoptar un talante más agresivo tienen que recurrir al fondo, base y fundamento de su concepción y este no es otro que el “anti frenteamplismo”.
Ciertos núcleos duros ya no son ni blancos ni colorados ni independientes ni izquierdistas sino anti Frente Amplio. Reviven el cuño antidemocrático de “la maldad de las mayorías” porque de lo que se trata no es de gobernar y aplicar un programa sino de impedir que la mayoría lo haga.
El riesgo antidemocrático se encuentra precisamente en el carácter fanático, fundamentalista, de estos talibanes que parecen capaces “de cualquier cosa” con tal de oponerse a un tercer gobierno frenteamplista. Para desconocer elípticamente el mandato de las urnas hay que satanizar a las mayorías. Si ellos no son mayoría entonces la mayoría es mala, autoritaria, enemiga del diálogo.
Los mismos que inventaron e impusieron, hace menos de 20 años, un mecanismo de balotaje dizque para asegurar la gobernabilidad, aunque claramente se trataba de cerrarle el paso a la izquierda mediante la coparticipación blanqui-colorada, ahora descubren que la mayoría es mala (peor que la caca, sopa dijera Mafalda) porque ni siquiera sumando fuerzas pueden alcanzarla.
Ya hay parlamentarias recién elegidas por los partidos tradicionales que añoran el sonido de las botas, el ruido de los sables y su cortejo de miserias, muerte y represión. Por ahora se trata de un vagido insignificante pero están en campaña y exhiben su nostalgia por los tiempos oscuros cuando la mano dura defendía sus intereses, su modo de vida, su bordaberrismo feroz.
Por otra parte se dedican a los tropos fraudulentos. Si el 48 % de la ciudadanía votó al Frente Amplio eso quiere decir que el 52% está en contra del Frente Amplio, es decir con ellos. No pueden ser mayoría y entonces tratan de forzarla. Son responsables de adulteración ideológica y sobre todo de falsedad y de estafa.
Tratan de establecer “la tiranía de las minorías”, de forzar el consenso como sistema mediante un procedimiento extremo que consiste en adoptar la posición de máxima intransigencia, el bloqueo, para que la mayoría, por temor o benevolencia, termine dándoles el brazo a torcer.
Es la técnica del lock out patronal trasladada a la política. El método de la tierra arrasada para salirse con la suya. El procedimiento de tergiversar y esterilizar el diálogo, de antemano, apelando al encono en una campaña electoral. El desprecio de “el día después”. Están actuando por desesperación y han perdido la noción de los intereses superiores del país, de la sociedad uruguaya, de la ciudadanía.
Un solo ejemplo bastará. Los candidatos del Frente Amplio han reiterado claramente que cuando alcancen el gobierno no aumentarán los impuestos, excepto la aplicación del impuesto de primaria a las superficies mayores de campo que increíblemente se han mantenido exentas hasta ahora.
Los candidatos del Partido Nacional aseguran que un nuevo gobierno del Frente Amplio aumentará los impuestos y ocultan que su objetivo fundamental es salvaguardar los intereses de los grandes propietarios de tierras, bien personificados en los mismos candidatos.
Sinceridad o gritería ¿A quién creerle?



lunes, 10 de noviembre de 2014

Gobernanza y consenso Vs. democracia




FACILITADORES DEL CONSENSO: UN CURRO LUCRATIVO
Lic. Fernando Britos V.
Las modas New Age ofrecen una cornucopia inagotable de ofertas para quienes buscan curas milagrosas, vida sencilla en armonía con la naturaleza, amor y ecología, retiro espiritual, comuniones ancestrales, relacione astrales, experiencias extraterrestres, místicas y  paranormales.
Estas experiencias requieren de sus participantes una dosis sustancial de credulidad, mucho dinero o la disposición para entregar bienes materiales o espirituales y aún el propio cuerpo a ese tipo de empresa..
Internet se ha vuelto una extraordinaria vitrina para estas ofertas y para el desarrollo de presuntos saberes. De este modo, junto al ecoturismo, la sanación, las medicinas alternativas, la autoayuda y todo tipo de ritos iniciáticos fluye un torrente de charlatanería y pseudociencia muy prolífica en la generación de una jerga con la que los vendedores pretenden diferenciarse de la competencia y atraer clientes.
Los charlatanes suelen adoptar títulos que no poseen: todos son profesores y egresados de universidades desconocidas o, más frecuentemente, de universidades donde a ellos no los han visto nunca. Han escrito libros por docenas y exhiben una impresionante trayectoria de presentaciones internacionales.
A veces son especialistas transdisciplinarios y otras veces efectivamente tienen una actividad académica reconocida. Entre los casos más resonantes de los últimos años se recuerda a dos psicólogos, Daniel Goleman y su “inteligencia emocional” y  Martin Seligman y su psicología positiva.
Las obras de Goleman y de Seligman han sido inmediatamente incorporadas a la literatura de autoayuda y a otro campo directamente relacionado que es el de las “modas gerenciales” y la llamada literatura organizacional, grandes consumidoras de charlatanería.
A una de estas ofertas es que queremos referirnos hoy: la acción de los “facilitadores/as” y los “procesos de consenso” que se promueven a través de un cierto Instituto Internacional para la Facilitación y el Cambio (IIFC). Este instituto no tiene existencia real sino virtual y está vinculado con otros similares que operan desde los Estados Unidos para ofrecer servicios de entrenamiento y “facilitación grupal”.
En Uruguay, las operadoras son dos señoras, de formación y experiencia variada pero inconsistente con su actividad que correspondería profesionalmente a la psicología y más concretamente a los psicólogos especializados en dinámica de grupos.
La gran maestra y fundadora de la organización es Beatrice Briggs una estadounidense “entrenada originalmente por Caroline Estes de la granja Alpha en Deadwood, Oregon”. Hace 15 años, la Sra. Briggs vivía en Huehuecóyotl, una ecoaldea ubicada cerca de Tepoztlán en México donde las decisiones se toman por consenso.
Esta ecoaldea, que es una especie de colonia de vacaciones para hippies gringos, existe aún pero la Sra. Briggs no aparece en sus registros y según parece se ha trasladado a una sede urbana más apta para la dirección de sus negocios.
El folleto “Introducción al proceso de consenso” es el texto, malamente traducido al español, que rige de los servicios que vende a buen precio el IIFC.
Unas dos o tres sesiones de trabajo grupal, que se llevan a cabo en una semana, demandan el pago de 2.000 dólares. En Uruguay parecen haber vendido sus servicios al MIDES, al MIEM, al INIA y ahora ensayan una penetración en la Facultad de Agronomía de la UdelaR.
El argumento de venta parece tentador. Aseguran que el proceso de consenso es un método de la toma de decisiones basado en valores como la cooperación, la confianza, la honestidad, la creatividad, la igualdad y el respeto.
A la hora de concretar tan plausibles propósitos la Sra. Briggs no ha sido muy original. Lo suyo es un método de manejo de grupos que pretende reemplazar “el liderazgo tradicional” por “el poder y la responsabilidad compartidos por todos los participantes del grupo”.
El concepto democrático de mayorías y votaciones se suprime mediante “el consenso” y así, promete, “un grupo puede transformarse en una verdadera comunidad y una fuerza para la transformación social”.
El consenso procura la resolución pacífica de los conflictos pero  al analizar el método es posible ver que esa promesa grandilocuente y seguramente muy bien intencionada no puede alcanzarse con las recetas estereotipadas que propone para resolver lo que vagamente denomina “la patología social”.
Al referirse a las fuentes originales de sus concepciones, la Sra. Briggs se remite a dos principales bases espirituales y tribales: “algunas tribus indígenas de las Américas” (que por lo que dice después han de ser tribus de América del Norte de las que se toma una versión trivial de sus costumbres:  sentarse en círculo para discutir, la voz de los ancianos y el contacto con la naturaleza) y la Sociedad de los Amigos, los cuáqueros (creencia en la igualdad, rechazo de las jerarquías).
El manual es un recetario de “normas de conducta” que deben regir el funcionamiento del grupo. El “facilitador” es naturalmente quien propone, hace aceptar las normas y controla su cumplimiento. También se establecen las funciones que se requieren
El “facilitador es el guardián de proceso de consenso”, “es un dirigente-servidor” que ayuda al grupo a tomar decisiones, guía la discusión. Prepara el lugar de la reunión y trae el equipo necesario. Todo definido con obsesiva precisión, desde el papelógrafo hasta los grosores y colores de los marcadores que hay que utilizar; azul, café, verde y los márgenes laterales y entre renglones, las flores, las velas (sin aromas), los fósforos, las tijeras, los manteles y el “bastón de la palabra” o “talking stick” y hasta los instrumentos musicales y cancioneros. El “facilitador” debe solicitar voluntarios para las demás funciones. Mantiene la concentración del grupo, etc. etc.
La Sra. Briggs demuestra un marcado interés por rodearse de guardianes y de este modo, el “facilitador” debe contar con un “guardián del tiempo” (que usa cronómetro y da campanadas para hacer respetar los límites); el “guardián de las memorias” (apunta los nombres de los asistentes, lleva actas de la reunión bajo la supervisión del “facilitador” que debe asegurarse que anota todo con precisión); el “planeador de la agenda” (controla los puntos a ser discutidos y es quien prepara la orden del día); los “patrocinadores” (presentan los puntos de la agenda al grupo); los “escribanos” (anotan las contribuciones de los participantes en hojas grandes lo que permite que el “facilitador” se concentre en dirigir la discusión).
El combo del “facilitador” no termina ahí. También debe contar con los “sensores de vibras” que vigilan el clima emocional del grupo (pueden interrumpir en cualquier momento para hace observaciones “emocionales” y para recomendar las formas de “cambiar la energía”, por ejemplo “respiren profundo tres veces”). Necesita “guardianes de la paz” que son los patovicas de Briggs (invitan “a los participantes revoltosos a que los acompañen fuera del lugar de la reunión y de ser posible, ayudarles a tranquilizarse para después poder reintegrarse al grupo”; otros integrantes del combo son los “guardianes de la entrada” que deben permanecer cerca de esta o en la periferia del círculo).
Como si lo anterior fuera poco, esta dinámica hipervigilada y reglamentada necesita un “equipo de instalación y limpieza” (son los encargados de acondicionar el lugar de reunión y de dejarlo como estaba al terminar) y “representantes de todas las especies” (estos son los encargados de “aportar la perspectiva no-humana al grupo”; se comunican con el “facilitador”, en este caso con lenguaje humano, pero al comunicarse con el grupo utilizan exclusivamente lenguaje no humano; a veces usan máscara o antifaz).
Es indudable que con los gruñidos, bufidos, maullidos o el parpar, barritar y cloquear de los “representantes no-humanos” la reunión ha de resultar entretenida. Sin embargo, buena parte del manual está dedicada a establecer como se debe funcionar, todo en forma digna de un trastorno obsesivo-compulsivo.
Después la Sra. Briggs establece los “niveles de experiencia” de los “facilitadores”. El nivel de principiante es caracterizado como “el policía de tránsito objetivo”. El nivel intermedio es “el facilitador capacitado” y finalmente, en la cúspide, el nivel de experto, es decir “el chamán imparcial” que “inspira a los demás al ser modelo de compromiso, responsabilidad y respeto por todos”.
Este chamán “enaltece el sentido de importancia de la misión del grupo y usa mitos (la propia historia del grupo), símbolos (los objetos totémicos del grupo) y rituales (apertura/cierre de las reuniones, las comidas) para generar curación, lograr metas y crear comunidad”.
Un buen manual no deja cabos sueltos, de modo que la gran chamán indica a sus discípulos que es conveniente empezar con grupos pequeños que trabajen en un mismo proyecto “al que tu mismo pertenezcas (…) después puedes comenzar a ofrecer tu trabajo  a grupos más grandes”.
“Estas primeras experiencias son parte de tu aprendizaje y por lo general es trabajo voluntario, un servicio no remunerado. Cuando se corra la voz de que eres un facilitador efectivo, otros grupos con los que no tienes una conexión personal te pedirán ayuda. Entonces se te puede y se te debe pagar como facilitador profesional”.
 El resto del manual es de un detallismo machacón que indica hasta las más mínimas actitudes, vestimenta, que se debe decir y que no se debe decir, consignas de todo tipo y algunos apuntes como los juegos que “los buenos facilitadores  invitan a jugar al grupo para aligerar el ambiente” (sic).
Veamos cuales son los recomendados por doña Beatrice: “El Gran Viento sopla” (todos sentados en silla en círculo menos quien hace de Gran Viento, parado en el medio, cuando grita la consigna, por ejemplo, “el Gran Viento sopla sobre cualquiera que traiga calcetines negros” quienes quepan en esa categoría deberán levantarse y cambiar de lugar; en la confusión el viento se aviva y consigue sentarse, el que queda sin silla pasa a ser el Gran Viento. ¿apasionante, no?).
“El hacedor de lluvia”: todos se sientan en círculo con los ojos cerrados. Cualquiera que conozca el juego comienza a producir un sonido con el cuerpo, como frotar las manos entre si. Cuando la persona a la derecha del primero deduce lo que está haciendo comienza a hacer el mismo sonido. Cuando el sonido viaja alrededor de todo el círculo, cambia. “Haz este ejercicio mientras haya interés en él – recomienda doña Beatrice – después vuelve a frotarte las manos y deja que el sonido se vaya desvaneciendo”. Es bueno permanecer sentados disfrutando del silencio parecido a la magia que se da después de una tormenta y enseguida, por las dudas, sugiere varios sonidos corporales admisibles para terminar señalando que el criterio es no cantar y no usar palabras.
Otros juegos espectaculares que recomienda la Sra. Briggs son “¿Me amas querida?” y “Voleibol de globos” pero a esta altura es mejor que el lector se los imagine.