BOCADOS
TÓXICOS
Lic.
Fernando Britos V.
“Esta boca es mía”, el “talk
show” de Teledoce conducido por la Sra. Victoria Rodríguez presentó hace unos
días uno de sus habituales bocados tóxicos: esta vez haciendo la promoción de
una de las oscuras charlatanerías New Age que frecuentan el programa.
Convidando con bocadillos tóxicos - La invitada central fue la psicóloga María Rosa
Fernández Esperón cuyos teléfonos y dirección electrónica fueron difundidos
para que los incautos pudieran comunicarse con ella para acceder a una “terapia
fenomenológica”, nada menos que a las llamadas “constelaciones familiares”.
Un verdadero
bocado tóxico porque además de la publicidad no hubo una verdadera explicación
acerca de lo que se ofrecía y el panel de opinólogos y la conductora se dedicaron
a hacer – como siempre – de claque complaciente para la psicóloga fashion.
Así que ahora
vamos a explicar de que se trata y porque es una promoción envenenada,
destinada a conseguirle pacientes a quien está ofreciendo una de las
charlatanerías más ineficaces, iatrogénicas (es decir un tratamiento que
enferma en lugar de curar) y esquilmantes desde el punto de vista del dinero
que le extraen a sus “pacientes”.
Antes de entrar
en tema convengamos en que posiblemente la Sra. Rodríguez o la Lic. Fernández
podrían ignorar las temibles secuelas del tratamiento que estaban promoviendo y
los antecedentes y fuerte contenido ideológico de sus cultores, especialmente
del creador de esta pseudo terapia, Bert Hellinger. Sin embargo, creo que no
deberíamos subestimar a estas señoras y sospecho que saben el tipo de bazofia
que están promoviendo pero les gusta o en todo caso está en sintonía con su
propio reaccionarismo pituco y fashion.
¿Qué son las constelaciones familiares? - Suitbert
“Bert” Hellinger es un ex sacerdote católico, nacido en Baviera en 1925. A los
28 años se desempeñó como misionero en Sudáfrica. Hoy sesenta años después se
mantiene activo.
En 1970 colgó
los hábitos y se estableció como psicoterapeuta silvestre en Alemania y
Austria, es decir sin haber seguido una formación curricular. Según su propia
biografía, que es particularmente vaga, también
practicó el psicoanálisis sin la calificación apropiada.
Hace poco más de
20 años hizo sus primeras publicaciones, en alemán, sobre su terapia de las
constelaciones familiares. Ni Hellinger ni sus seguidores son muy claros
respecto a esta supuesta terapia sistémica, que generalmente aparece vinculada
con otra charlatanería, la llamada terapia gestáltica (que nada tiene que ver
con la teoría de la Gestalt desarrollada
en psicología de la percepción). Hay que señalar que los libros y
folletos de promoción han sido escritos por Hellinger en alemán y casi no han
sido traducidos, excepto unos pocos al inglés.
Según este gurú,
las familias están formadas por una
“energía” inexplicable que conecta a los miembros del grupo y que él descubrió
estudiando a los zulúes. Los “primitivos” conocen el sistema de esas
misteriosas energías pero nosotros hemos olvidado esos conocimientos
ancestrales que él ha redescubierto.
Por lo tanto, su
terapia de “constelaciones familiares” pretende aumentar la salud y la
resistencia de los grupos al reinstalar en la red energética a quienes se han
excluido de ella. Es una terapia de “restauración del orden natural”, un
presunto orden natural que nadie sabe explicar.
Desde un
principio Hellinger decretó que este orden y estas “energías” no pueden ser
estudiados científicamente. Se trata de un conocimiento esotérico y esta es,
precisamente, “la marca del charlatán” porque lo oculto se basa en la fe y de
este modo se libra de la molesta insistencia de la ciencia en el sentido que el
verdadero conocimiento debe ser probado y basarse en evidencias.
Con ese manejo
de la energía, Hellinger y sus discípulos se zarpan inmediatamente hacia
planteos delirantes. La energía misteriosa produce emulación o imitación
inexplicables en los miembros de familias o grupos de modo que un niño puede
contraer una enfermedad idéntica a la de un ancestro o verse afligido por una
desgracia juvenil, un “secreto”, de un abuelo o abuela que ni siquiera conoció
porque falleció antes de su nacimiento.
Esta
charlatanería del “destino heredado” también es empleada por otros
embaucadores y, como ellos, Hellinger se
muestra cada vez más reaccionario a medida que se desarrolla su “teoría”.
Convengamos que si se trata de creencias cualquiera puede sustentarlas mientras
no hagan mal a nadie pero el problema de estas creencias es que son
iatrogénicas, es decir que enferman a la gente.
Los
“consteladores” que practican la pseudoterapia de Hellinger carecen de estudios
sistemáticos y de una formación sólida. El bávaro nunca tuvo interés en que sus
procedimientos terapéuticos y sus teorías fuesen estudiadas en la Universidad.
Eso le permite montar Institutos informales de su propiedad que enseñan sus
charlatanerías sin someterse a los controles académicos, a la crítica y al
análisis serio, propios de una formación universitaria.
La Lic.
Fernández Esperón que patrocinó Victoria Rodríguez, por ejemplo, “estudió”
constelaciones familiares en el instituto que Hellinger tiene en Buenos Aires,
al margen de cualquier universidad.
La concepción de
estos “consteladores” es muy informal, propia de aficionados aunque cobran como
profesionales y de los buenos para atender problemas de familia y de grupos
humanos (en empresas y últimamente hay quien los propone para instituciones de
enseñanza). También desde el punto de vista de la ética evitan que se les
considere profesionales y de este modo eluden responsabilidades respeto a sus pacientes
(ejercicio ilegal de una profesión, abuso de la credulidad pública).
La teoría es muy
autoritaria y patriarcal. Una de las claves de la misma es la importancia que
se le da a la estructura jerárquica en la familia y en los grupos humanos. El
padre (o el jefe) es la cabeza indiscutible de la familia y la madre y los
hijos deben someterse obedientemente a su voluntad. Entre los hermanos imponen
una concepción medioeval de la primogenitura. Lo mismo aplica a la sociedad
donde el jefe del Estado está por encima de todo y por sobre este solamente el
destino (esto es lo que se llamó en el Tercer Reich el Führerprinzip).
Ya veremos que
este patriarcalismo tiene una relación directa de simpatía con el nazismo. Es
el patriarcalismo y ese delirante principio de autoridad el que lleva a que,
cuando las constelaciones familiares abordan problemas matrimoniales, la esposa
sea la responsable por haber desobedecido al marido. Asimismo, el rígido
esquema familiar de Hellinger cataloga a los homosexuales como enfermos,
marginados de la energía misteriosa, que en algunos casos, pueden ser “curados”
en la medida en que se “reintegran”, lo que para los “consteladores” equivale a
contraer un matrimonio heterosexual.
Incesto, crímenes y misticismo – Naturalmente esta pseudoterapia de las
constelaciones familiares es iatrogénica y ha enfermado a mucha gente, en Alemania, en Holanda y en
otros países. Quienes concurren a estas sesiones pueden terminar mal, sobre
todo si enfrentan situaciones depresivas que pueden agravarse y resultar en
episodios desgraciados si no son atendidos a tiempo. Muchas veces las personas
pueden psicotizarse y desarrollar síntomas relacionados con el manejo perverso
de la culpa que hacen los “consteladores”.
La concepción de
Hellinger para manejar los casos de incesto y abuso de menores son francamente
peligrosas. En efecto, según el viejo bávaro un padre que ha abusado
sexualmente de una hija en su infancia no puede ser responsabilizado porque la
verdadera infractora es la madre cuyo rechazo a las solicitaciones sexuales de
su esposo ha de ser la causa de que este tome a su hija como reemplazo.
La perversa
concepción de Hellinger sobre el incesto sostiene que no hay nada malo en el
sexo incestuoso porque una niña bien podría interpretar las propuestas sexuales
de su padre como una aventura excitante y placentera.
De este modo,
durante las constelaciones familiares puede producirse una aberrante negación
del sufrimiento y el abuso y los problemas incestuosos pueden ser solucionados
por medio de un ritual restaurador, concebido por Hellinger, mediante el cual
el “constelador” ordena a quien representa a la hija abusada que se arrodille
ante quien representa al padre y le diga “Gracias papá, estoy muy agradecida de
haber podido hacer esto por ti”.
Hellinger cree
(y sus discípulos con él) que con esta representación se restaura el balance
familiar pero sus críticos advierten que esta “terapia” es brutalmente
humillante para la víctima. Así lo denunció Elisabeth Reutter, en su libro
autobiográfico “Gehirnwäsche” (Lavado de cerebro), donde señala que, habiendo
sido abusada por su padre en su juventud, se vio sometida al extremo de perder
totalmente su dignidad humana con la “terapia” de la constelación.
Las
constelaciones familiares se ponen, invariablemente, del lado del poder, del
orden establecido y en materia criminal, del lado de los abusadores, los
violadores de los derechos humanos, los criminales de guerra. Hellinger ha
proclamado que quienes cometen crímenes no pueden actuar de otra manera porque
están bajo la influencia de una “autoridad superior”. Amparándose en presuntas
leyes cósmicas sostiene que esta autoridad superior “usa a los seres humanos”
que no pueden escapar a su destino.
Hellinger ha
estado trabajando en su Alemania natal en una época en que los problemas de la
culpa y la responsabilidad por los terribles crímenes del nazismo distan mucho
de haber sido saldados. Ese misticismo criminal y transgeneracional de las
constelaciones familiares presta un servicio a los nazis irredentos justificándoles
y exculpándoles.
Hellinger induce
a las víctimas a estar agradecidas con sus victimarios, a enterrar cualquier
reivindicación o memoria post traumática y sustituirla por algo más que una
amnesia culposa: las víctimas deben arrodillarse ante quienes representan en
las sesiones a los verdugos y mostrarles su agradecimiento.
Hellinger adorador del nazismo – El problema no es que Bert Hellinger, como el Papa
Ratzinger su coetáneo, haya sido miembro de las Juventudes Hitlerianas
(Ratzinger lo reconoció, Hellinger lo ha ocultado) sino que es un promotor
actual y activo reivindicador del nazismo, un adorador de Adolf Hitler.
En uno de sus
libros, titulado “Gottesgedanken” (“Reflexiones divinas”) Hellinger hace la
siguiente oda místico - canallesca: “Hitler.
Alguna gente te considera inhumano, como si alguien siquiera mereciera tal
calificación. Yo te miro así como me miro a mi mismo: a saber, como un ser
humano con un padre y una madre, y con una fe extraordinaria. ¿Te hace eso más
grandioso? ¿o más pequeño? ¿Eres mejor o peor? Porque si eres más grande
entonces así lo soy. Si eres mejor o peor, entonces así lo soy. Pues soy un ser
humano como tu. Si te respeto, entonces me respeto a mi mismo. Y si te detesto,
entonces me detesto a mi mismo. ¿Se me permite, entonces, amarte?¿Se supone
acaso que te ame, ya que de otro modo no podría amarme a mi mismo? Cuando
admito que eras un ser humano, tanto como lo soy yo, entonces se me induce a
hacerlo por algo que nos gobierna a ambos de la misma forma, algo que causó
tanto tu comienzo como el mío y también nuestro fin. ¿Cómo podría acaso
excluirme a mi mismo de esta Causa excluyéndote a ti? ¿Cómo podría acaso culpar
a esta Causa y erigirme por sobre ella culpándote a ti? Sin embargo, no puedo
sentir piedad por ti, porque tu ascenso y tu caída tuvieron su origen en la
misma causa que la mía. Le ruego por ti asi como por mi mismo, y me someto a
todo lo que traiga en ti y a todo lo que traiga en mi, así como en todo otro
ser humano.”
Terrible... gracias por el trabajo de desenmascarar a esta práctica aberrante.
ResponderEliminarLa verdad es que la enorme mayoría de las "terapias New Age" confluyen en esas oscuridades aberrantes. Próximamente atenderé a la "progamación neurolinguística" que aunque algunos la consideran muerta y enterrada está reapareciendo con leves variantes. F.B.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarGracias por redactar esto.
ResponderEliminarYo caí por error en esta red horrible de la nueva era de la "psicoterapia"; y digo por error porque desafortunadamente todo lo que aparece en internet es hablar de las grandes maravillas que logra esta práctica.
Afortunadamente pude salirme, pues estaba yendo a una terapia con una supuesta "psicóloga", que por cierto ni cédula profesional en México para ejercer tiene, y quien es fiel seguidora del susodicho Bert Hellinger.
En lugar de sentirme bien, me sentía muy enojada y cada vez peor.
Debemos difundir sobre esta charlatanería que sólo causa más problemas y pérdida de tiempo, dignidad y dinero.
Es bueno diferenciar al bueno profesional del que no lo es, incluso aquellos que ejercen sin siquiera serlo. Para buscar una buena terapia familiar o personal, hay que buscar gente con fundamentos y trayectoria.
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