SOLDADOS
DE LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD
Lic.
Fernando Britos V.
La llamada teología de la prosperidad es un conjunto de
justificaciones para las máquinas de
recaudar y el enriquecimiento de muchos predicadores evangélicos, las iglesias
neopentecostales y los carismáticos católicos, basadas en interpretaciones
fragmentarias de versículos bíblicos. El dogma es sencillo: el dinero y el
éxito son dones de Dios y ellos tienen la receta que, además, sirve para
resolver todo tipo de problemas (de salud, amorosos, laborales, etc.) y la
venden a buen precio.
Uno de los endebles fundamentos para su vocación
crematística lo ubican en un libro del Antiguo Testamento, el Deuteronomio
(Cap.18, versículo 8) que incluye una de las tantas vaguedades bíblicas, en
este caso referidas a las instrucciones para ser rey de Israel impartidas por
Jehová.
Otro fragmento invocado por los insaciables succionadores
de diezmos, primicias y fortunas corresponde al llamado Nuevo Testamento[1].
En Mateo (Cap.7, versículo 20) que corresponde a conocidas presuntas enseñanzas
de Jesús, empezando por “guardaos de los falsos profetas” (vers.15) y
terminando en “por sus frutos los conoceréis” (vers.20).
Estas citas bíblicas, adobadas para los crédulos, no
tienen nada que ver con las iglesias y mucho menos con la forma en que estas se
financian y generan el enriquecimiento de sus líderes.
En los últimos días, una secta brasileña con
ramificaciones en Argentina y en Uruguay, entre otros muchos países, la llamada
“Iglesia Universal del Reino de Dios” (Pare de Sufrir) (IURD) ha exhibido una
manifestación novedosa y peligrosa: la pública aparición de una milicia, un
entrenado grupo de hombres jóvenes, uniformados, que evolucionan en orden
cerrado y hacen saludos y vociferaciones al estilo nazi, romano o típicamente
militar: los Gladiadores del Altar.
Aparentemente esto es un globo sonda en la liturgia
marquetinera de la IURD, el imperio del Obispo Macedo[2].
Es una técnica provocativa (como lo eran las apariciones de los squadristi
mussolinianos y de las SA nacionalsocialistas). Si los fieles se habitúan al
desfile regimentado de los milicianos, que se colocan ante el altar (un
escenario en el caso de la IURD) y desfilan por la platea, y si no hay una
reacción externa de rechazo, entonces podrán sacarlos a la calle y hacer otro
tipo de exhibiciones de fuerza.
El puntapié inicial se ha dado en Fortaleza, la capital
del estado brasileño de Ceará en el lejano noreste del país y ha sido reflejado
en un video por la IURD. A los pocos días y después de recibir duras críticas
fue retirado pero la iglesia ha hecho una firme defensa de su milicia a través
de su enorme red de medios de comunicación.
Como se sabe, los neopentecostales sustentan doctrinas
fundamentalistas e intolerantes hacia otras variantes religiosas. El blanco
principal de sus ataques son las religiones afrobrasileñas como el Umbanda.
También tienen una actitud militante contra las prácticas de salud sexual y
reproductiva, son muy patriarcalistas y homofóbicos, es decir muy reaccionarios
en los temas de convivencia y en las posturas sociales.
En
defensa de su milicia, los Gladiadores del Altar, sostienen que si la Iglesia
Católica tuvo y mantiene los Legionarios de Cristo[3]
ellos bien pueden tener sus gladiadores quienes “están al servicio de quienes
los necesitan”.
Sin
embargo hay diferencias y similitudes entre la IURD y la Legión de Cristo. Desde sus comienzos los Legionarios de Cristo
enfocaron sus esfuerzos en la creación de instituciones educativas dirigidas a
las clases altas, principalmente en el mundo de habla hispana. La Legión de
Cristo no solamente establece colegios pagos sino también Colegios Mano Amiga
(del tipo del Jubilar en nuestro país), en los cuales se busca la promoción
social para niños de escasos recursos y se presenta un modelo de educación
enfrentado a la educación pública laica. Entre las universidades dirigidas por
la Legión de Cristo se encuentran entre otras la Universidad Anáhuac y la Universidad
Interamericana para el Desarrollo, ambas en México, y la Universidad Francisco de Vitoria
en Madrid.
En sentido
estricto, la Legión de Cristo es una organización rígidamente jerarquizada,
como todas las de la Iglesia Católica Apostólica Romana, y en eso se parece a
una milicia pero no es una institución paramilitar. No tiene los aspectos
externos de la milicia y si bien es una organización de captación y lucha
ideológica a través de la educación, no son especialistas en medios de
comunicación y en la erección de pomposas “catedrales” como la IURD. Sus
mecanismos de marketing son, por ende, más discretos.
A diferencia
de los Boy Scouts y del Ejército de Salvación, que en cierto sentido imitan la
organización militar, los Gladiadores del Altar tienen un entrenamiento y una
apostura bélica para luchar no solamente con las ideas o las palabras sino
físicamente contra los opositores. Como en todos los fundamentalismos (y ,
entre otros, los neopentecostales lo son) quien no está con ellos está contra
ellos y no hay tolerancia a la disidencia que puede ser atribuida a Satanás con
quien no cabe el diálogo sino la guerra santa (y toda su terminología bélica;
legión, gladiadores, cruzada, etc.).
Un aspecto
común a ambas organizaciones - los Legionarios y la IURD - es el poder
económico que parece unirlos en la cornucopia de la “teología de la
prosperidad”. Sobre el inmenso poder económico que hermana a ambas
organizaciones se extiende el manto impenetrable del secretismo, tejido por
contadores y banqueros. Cuando los líderes mueren algunos de estos velos pueden
rasgarse.
Eso es lo
que pasó cuando murió Maciel que no sólo tuvo aventuras amorosas, sino que en
Madrid vivía una hija suya, con nombre y apellidos, en unos lujosos
apartamentos de la calle de Los Madroños. Esta señora, ya madura, se llama
Norma Hilda y su silencio fue comprado mediante una generosa pensión vitalicia
negociada por el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio
Bertone, en persona, en el año 2009. Los fondos para este arreglo fueron lo de
menos. Los opositores eclesiales a Maciel y los suyos, hace tiempo que se
referían a ellos como “Los millonarios de Cristo”.
Volviendo a
estas novedosas milicias, más elocuente que mil palabras, es ver el video de
los “Gladiadores do altar” y anotar: el color verde musgo de la camiseta con un
gran escudo con el gladio (espada) en la espalda, pantalones y calzado formal
negros (nada de championes); el requisito excluyente de la edad y el sexo, (solamente
hombres, no hay “gladiadoras”, entre los 18 y los 26 años) y posiblemente la
estatura y la complexión física (entre ellos no hay petisos, gorditos ni
flaquitos). Hacen la venia y saludan con el brazo extendido a lo nazi (con la
única diferencia que en lugar de la palma extendida proyectan hacia adelante el
dedo índice), marchan al paso y evolucionan con buena sincronización (lo que
significa, como en toda coreografía, que hay entrenamiento intenso).
Mientras
permanezcan como una guardia de corps de los predicadores o como custodios de
las “catedrales” y de las remesas del dinero de la IURD, no se los verá. En
cambio, el sentido de una milicia es mostrarla e intimidar al enemigo (mostrar
los dientes o los puños cerrados) y accionar en la calle (golpear y empujar).
Los fundamentalismos y el entrenamiento parecen tender inexorablemente a esto.
[1] Las iglesias pentecostales se financian a través de diezmos, primicias y
donaciones que obtienen de su público pero también a través de inversiones en
las bolsas de valores, en negocios inmobiliarios, en telecomunicaciones y una red de empresas
administradas por sus dirigentes.
[2]
Edir Macedo Bezerra, el fundador y dueño de la IURD, cumplió 70 años el mes
pasado. Nació y vive en Río de Janeiro (casado, tres hijos) y ascendió de
modesto funcionario público a empresario y líder religioso. En 1974 creó una
secta denominada “Cruzada del Camino Eterno”. Fundó la IURD en 1977 y se
autoproclamó obispo. Tiene doctorados y otros títulos obtenidos en las
universidades e instituciones evangélicas y ha escrito decenas de libros y
folletos promoviendo su negocio. Su primera sede, en Río, se instaló en lo que
había sido una funeraria y actualmente se ubica en la “Catedral Mundial de la
Fe” (aún más grande que las enormes sedes que inauguró en Buenos Aires, en el
antiguo mercado de las flores, sobre Corrientes, y en Montevideo, sobre 18 de
Julio). En San Pablo hizo construir una réplica del “Templo de Salomón” en una
mega iglesia de más de 70.000 metros cuadrados y 55 metros de altura. Dice
tener 30 millones de fieles en Brasil, lo que la hace la segunda mayor
corriente religiosa del país, y ha establecido templos en casi 200 países. Se
promueve a través de 50 canales de televisión (la Rede Record, en competencia
feroz con la Rede Globo) y cientos de radios, tiene dos periódicos, dos
imprentas y estudios de grabación. Macedo estuvo preso, por 11 días, en 1992,
acusado de fraude y charlatanería. Sus detractores le acusan de explotar la
credulidad del público y de lavado de dinero. En el 2002 Macedo promovió su
propio partido político, el Partido Brasileiro, para desvincularse del Partido
Liberal que apoyaba a Lula.
[3]
Juegan con la ignorancia. En efecto, la Legión de
Cristo es una congregación católica de derecho pontificio fundada en 1941 en la Ciudad de México, por el sacerdote mexicano Marcial
Maciel Degollado, que hasta hace pocos años contaba con 4 obispos,
casi mil sacerdotes y dos mil seminaristas. Su movimiento seglar es el Regnum Christi, que cuenta
con 68 mil miembros en 37 países. La Legión de Cristo maneja 15 universidades a través
de la Red de Universidades Anáhuac, 43
institutos de estudios superiores y 175 colegios con un alumnado total de
aproximadamente 122 mil personas. Con la muerte de Juan Pablo II, que había
protegido sistemáticamente a Maciel y encajonado cientos de denuncias en su
contra, vino la debacle ("Un
guía eficaz de la juventud", fue uno de los piropos de Juan Pablo II a
Maciel) . La Legión se sumió en el escándalo cuando salió a luz que Maciel, su
fundador y Superior General, era un pederasta, drogadicto y plagiario que había
abusado de muchos niños incluyendo sus propios hijos (habría tenido seis con
distintas mujeres). Después de fallecido Maciel, a quien el Papa
Ratzinger había condenado a penitencia perpetua, los superiores de la Legión
reconocieron que “Los comportamientos gravísimos y objetivamente
inmorales del P. Maciel, confirmados por testimonios incontestables,
representan a veces auténticos delitos y revelan una vida carente de escrúpulos
y de verdadero
sentimiento religioso”
y se justificaron diciendo que “dicha vida era desconocida por gran parte de
los Legionarios, sobre todo por el sistema de relaciones construido por el P.
Maciel, que había sabido hábilmente crearse coartadas, ganarse la confianza,
familiaridad y silencio de los que lo rodeaban y fortalecer su propio papel de
fundador carismático”.
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