martes, 17 de marzo de 2015

Gladiadores del altar



SOLDADOS DE LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD
Lic. Fernando Britos V.
La llamada teología de la prosperidad es un conjunto de justificaciones  para las máquinas de recaudar y el enriquecimiento de muchos predicadores evangélicos, las iglesias neopentecostales y los carismáticos católicos, basadas en interpretaciones fragmentarias de versículos bíblicos. El dogma es sencillo: el dinero y el éxito son dones de Dios y ellos tienen la receta que, además, sirve para resolver todo tipo de problemas (de salud, amorosos, laborales, etc.) y la venden a buen precio.
Uno de los endebles fundamentos para su vocación crematística lo ubican en un libro del Antiguo Testamento, el Deuteronomio (Cap.18, versículo 8) que incluye una de las tantas vaguedades bíblicas, en este caso referidas a las instrucciones para ser rey de Israel impartidas por Jehová.
Otro fragmento invocado por los insaciables succionadores de diezmos, primicias y fortunas corresponde al llamado Nuevo Testamento[1]. En Mateo (Cap.7, versículo 20) que corresponde a conocidas presuntas enseñanzas de Jesús, empezando por “guardaos de los falsos profetas” (vers.15) y terminando en “por sus frutos los conoceréis” (vers.20).
Estas citas bíblicas, adobadas para los crédulos, no tienen nada que ver con las iglesias y mucho menos con la forma en que estas se financian y generan el enriquecimiento de sus líderes.
En los últimos días, una secta brasileña con ramificaciones en Argentina y en Uruguay, entre otros muchos países, la llamada “Iglesia Universal del Reino de Dios” (Pare de Sufrir) (IURD) ha exhibido una manifestación novedosa y peligrosa: la pública aparición de una milicia, un entrenado grupo de hombres jóvenes, uniformados, que evolucionan en orden cerrado y hacen saludos y vociferaciones al estilo nazi, romano o típicamente militar: los Gladiadores del Altar.
Aparentemente esto es un globo sonda en la liturgia marquetinera de la IURD, el imperio del Obispo Macedo[2]. Es una técnica provocativa (como lo eran las apariciones de los squadristi mussolinianos y de las SA nacionalsocialistas). Si los fieles se habitúan al desfile regimentado de los milicianos, que se colocan ante el altar (un escenario en el caso de la IURD) y desfilan por la platea, y si no hay una reacción externa de rechazo, entonces podrán sacarlos a la calle y hacer otro tipo de exhibiciones de fuerza.
El puntapié inicial se ha dado en Fortaleza, la capital del estado brasileño de Ceará en el lejano noreste del país y ha sido reflejado en un video por la IURD. A los pocos días y después de recibir duras críticas fue retirado pero la iglesia ha hecho una firme defensa de su milicia a través de su enorme red de medios de comunicación.
Como se sabe, los neopentecostales sustentan doctrinas fundamentalistas e intolerantes hacia otras variantes religiosas. El blanco principal de sus ataques son las religiones afrobrasileñas como el Umbanda. También tienen una actitud militante contra las prácticas de salud sexual y reproductiva, son muy patriarcalistas y homofóbicos, es decir muy reaccionarios en los temas de convivencia y en las posturas sociales.
En defensa de su milicia, los Gladiadores del Altar, sostienen que si la Iglesia Católica tuvo y mantiene los Legionarios de Cristo[3] ellos bien pueden tener sus gladiadores quienes “están al servicio de quienes los necesitan”.
Sin embargo hay diferencias y similitudes entre la IURD y la Legión de Cristo. Desde sus comienzos los Legionarios de Cristo enfocaron sus esfuerzos en la creación de instituciones educativas dirigidas a las clases altas, principalmente en el mundo de habla hispana. La Legión de Cristo no solamente establece colegios pagos sino también Colegios Mano Amiga (del tipo del Jubilar en nuestro país), en los cuales se busca la promoción social para niños de escasos recursos y se presenta un modelo de educación enfrentado a la educación pública laica. Entre las universidades dirigidas por la Legión de Cristo se encuentran entre otras la Universidad Anáhuac y la Universidad Interamericana para el Desarrollo, ambas en México, y la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid.
En sentido estricto, la Legión de Cristo es una organización rígidamente jerarquizada, como todas las de la Iglesia Católica Apostólica Romana, y en eso se parece a una milicia pero no es una institución paramilitar. No tiene los aspectos externos de la milicia y si bien es una organización de captación y lucha ideológica a través de la educación, no son especialistas en medios de comunicación y en la erección de pomposas “catedrales” como la IURD. Sus mecanismos de marketing son, por ende, más discretos.
A diferencia de los Boy Scouts y del Ejército de Salvación, que en cierto sentido imitan la organización militar, los Gladiadores del Altar tienen un entrenamiento y una apostura bélica para luchar no solamente con las ideas o las palabras sino físicamente contra los opositores. Como en todos los fundamentalismos (y , entre otros, los neopentecostales lo son) quien no está con ellos está contra ellos y no hay tolerancia a la disidencia que puede ser atribuida a Satanás con quien no cabe el diálogo sino la guerra santa (y toda su terminología bélica; legión, gladiadores, cruzada, etc.).
Un aspecto común a ambas organizaciones - los Legionarios y la IURD - es el poder económico que parece unirlos en la cornucopia de la “teología de la prosperidad”. Sobre el inmenso poder económico que hermana a ambas organizaciones se extiende el manto impenetrable del secretismo, tejido por contadores y banqueros. Cuando los líderes mueren algunos de estos velos pueden rasgarse.
Eso es lo que pasó cuando murió Maciel que no sólo tuvo aventuras amorosas, sino que en Madrid vivía una hija suya, con nombre y apellidos, en unos lujosos apartamentos de la calle de Los Madroños. Esta señora, ya madura, se llama Norma Hilda y su silencio fue comprado mediante una generosa pensión vitalicia negociada por el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, en persona, en el año 2009. Los fondos para este arreglo fueron lo de menos. Los opositores eclesiales a Maciel y los suyos, hace tiempo que se referían a ellos como “Los millonarios de Cristo”.
Volviendo a estas novedosas milicias, más elocuente que mil palabras, es ver el video de los “Gladiadores do altar” y anotar: el color verde musgo de la camiseta con un gran escudo con el gladio (espada) en la espalda, pantalones y calzado formal negros (nada de championes); el requisito excluyente de la edad y el sexo, (solamente hombres, no hay “gladiadoras”, entre los 18 y los 26 años) y posiblemente la estatura y la complexión física (entre ellos no hay petisos, gorditos ni flaquitos). Hacen la venia y saludan con el brazo extendido a lo nazi (con la única diferencia que en lugar de la palma extendida proyectan hacia adelante el dedo índice), marchan al paso y evolucionan con buena sincronización (lo que significa, como en toda coreografía, que hay entrenamiento intenso).
Mientras permanezcan como una guardia de corps de los predicadores o como custodios de las “catedrales” y de las remesas del dinero de la IURD, no se los verá. En cambio, el sentido de una milicia es mostrarla e intimidar al enemigo (mostrar los dientes o los puños cerrados) y accionar en la calle (golpear y empujar). Los fundamentalismos y el entrenamiento parecen tender inexorablemente a esto. 



[1] Las iglesias pentecostales se financian a través de diezmos, primicias y donaciones que obtienen de su público pero también a través de inversiones en las bolsas de valores, en negocios inmobiliarios, en telecomunicaciones y una red de empresas administradas por sus dirigentes.
[2] Edir Macedo Bezerra, el fundador y dueño de la IURD, cumplió 70 años el mes pasado. Nació y vive en Río de Janeiro (casado, tres hijos) y ascendió de modesto funcionario público a empresario y líder religioso. En 1974 creó una secta denominada “Cruzada del Camino Eterno”. Fundó la IURD en 1977 y se autoproclamó obispo. Tiene doctorados y otros títulos obtenidos en las universidades e instituciones evangélicas y ha escrito decenas de libros y folletos promoviendo su negocio. Su primera sede, en Río, se instaló en lo que había sido una funeraria y actualmente se ubica en la “Catedral Mundial de la Fe” (aún más grande que las enormes sedes que inauguró en Buenos Aires, en el antiguo mercado de las flores, sobre Corrientes, y en Montevideo, sobre 18 de Julio). En San Pablo hizo construir una réplica del “Templo de Salomón” en una mega iglesia de más de 70.000 metros cuadrados y 55 metros de altura. Dice tener 30 millones de fieles en Brasil, lo que la hace la segunda mayor corriente religiosa del país, y ha establecido templos en casi 200 países. Se promueve a través de 50 canales de televisión (la Rede Record, en competencia feroz con la Rede Globo) y cientos de radios, tiene dos periódicos, dos imprentas y estudios de grabación. Macedo estuvo preso, por 11 días, en 1992, acusado de fraude y charlatanería. Sus detractores le acusan de explotar la credulidad del público y de lavado de dinero. En el 2002 Macedo promovió su propio partido político, el Partido Brasileiro, para desvincularse del Partido Liberal que apoyaba a Lula.
[3] Juegan con la ignorancia. En efecto, la Legión de Cristo es una congregación católica de derecho pontificio fundada en 1941 en la Ciudad de México, por el sacerdote mexicano Marcial Maciel Degollado, que hasta hace pocos años contaba con 4 obispos, casi mil sacerdotes y dos mil seminaristas. Su movimiento seglar es el Regnum Christi, que cuenta con 68 mil miembros en 37 países. La Legión de Cristo maneja 15 universidades a través de la Red de Universidades Anáhuac, 43 institutos de estudios superiores y 175 colegios con un alumnado total de aproximadamente 122 mil personas. Con la muerte de Juan Pablo II, que había protegido sistemáticamente a Maciel y encajonado cientos de denuncias en su contra, vino la debacle ("Un guía eficaz de la juventud", fue uno de los piropos de Juan Pablo II a Maciel) . La Legión se sumió en el escándalo cuando salió a luz que Maciel, su fundador y Superior General, era un pederasta, drogadicto y plagiario que había abusado de muchos niños incluyendo sus propios hijos (habría tenido seis con distintas mujeres). Después de fallecido Maciel, a quien el Papa Ratzinger había condenado a penitencia perpetua, los superiores de la Legión reconocieron que “Los comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales del P. Maciel, confirmados por testimonios incontestables, representan a veces auténticos delitos y revelan una vida carente de escrúpulos y de verdadero sentimiento religioso” y se justificaron diciendo que “dicha vida era desconocida por gran parte de los Legionarios, sobre todo por el sistema de relaciones construido por el P. Maciel, que había sabido hábilmente crearse coartadas, ganarse la confianza, familiaridad y silencio de los que lo rodeaban y fortalecer su propio papel de fundador carismático”.

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