martes, 6 de noviembre de 2018

Mirando al Brasil dede el Uruguay

MIRANDO AL NORTE DESDE EL URUGUAY
Lic. Fernando Britos V.
Apóstoles, obispos, profetas y pastores neopentecostales – fanáticos, corruptos y peligrosos – sus agentes y aliados derechistas, como gravitaron en el parlamento brasileño y en la construcción de “Bolsonaro Presidente”.

Cuando investigamos estos fenómenos, hace más de dos años, nos concentramos en el aspecto “religioso” de la campaña de la derecha y el resistible ascenso de Bolsonaro. Es un aspecto parcial en el deterioro de la democracia pero vale la pena revisitarlo a cuenta de otros elementos: la fenomenal corrupción, la inseguridad, el peso de los mandos militares en la política brasileña, los errores de la izquierda, la crisis y caída de la industria paulista, el auge de los patrones del agronegocio, que habrá que sopesar porque la suerte de la democracia en Brasil y su posible descaecimiento es de vital importancia para el Uruguay.
Un oscuro derechista – El diputado Jair Messias Bolsonaro Bonturi (61 años) hizo de su voto contra la Presidenta Dilma Rousseff un homenaje a un coronel torturador de la dictadura brasileña de hace medio siglo. Se trata de un político virulento que ha conquistado renombre como matón, racista, xenófobo, homofóbico, partidario de la tortura, la pena de muerte y otras bestialidades pero no es un fenómeno aislado en el panorama legislativo del Brasil contemporáneo.
Bolsonaro posa de duro machista, un “blanco puro” descendiente de antiguos inmigrantes italianos, que hace de matón (y verdaderamente adopta giros mafiosos y de perdonavidas), que insulta y golpea a las mujeres, antiguo cadete de Agulhas Negras (la West Point o la Saint Cyr del Brasil) con una carrera militar frustrada, capitán de la reserva, admirador de la dictadura [i], promotor de la tortura, el armamentismo, el despojo de los indígenas, las más variadas formas de discriminación, las restricciones aplicadas a las mujeres y el ultranacionalismo.
Es derechista pero sobre todo es un oportunista que ha pasado por varios micro partidos y grupúsculos conservadores [ii] hasta que en las últimas elecciones, bajo el lema del Partido Social Cristiano, llegó a ser el diputado federal más votado en el Estado de Río de Janeiro. Viendo al personaje y su trayectoria no se puede menos que compararla con la de otros oscuros sujetos como Benito Mussolini y especialmente Adolf Hitler que de un medio convencional, un pasado opaco y sin rasgos dignos de mención, se abrieron camino en el caldo de cultivo de sectas y partidos derechistas para labrarse una posición política dominante.
Bolsonaro no aparece como un neo nazi (un skin head pelado y tatuado) y si tiene simpatías por el Füehrer o el Duce no las manifiesta, pero esto no le inhibe de coincidir, salvadas todas las distancias, con la prédica morbosa del nacionalismo, el racismo y el militarismo que arrasó el mundo en el siglo XX. Por otra parte, en las manifestaciones callejeras de sus partidarios era ostensible el flamear de banderas de Israel (cosa rara en Brasil donde no se ondean banderas de otros países). La colectividad hebrea en Brasil y el gobierno israelí son reconocidos simpatizantes y eventualmente prestadores de servicios al ultraderechista. Tampoco esto es sorprendente vista la estrecha alianza militar entre Israel y Arabia Saudita o la que en el pasado mantuvo su gobierno con los racistas sudafricanos.
En sentido estricto Jair Bolsonaro no es un pastor pentecostal o evangélico y no integró la corporación conocida como Bancada Evangélica Brasileña (BEB). Se dice católico pero su último casamiento fue efectuado por el pastor Malafaia y mantiene una identificación total con el programa de las amalgamas neopentecostales incrustadas en el parlamento.
La técnica de Bolsonaro consiste en desarrollar una prédica virulenta pero, en lo posible, circunscripta a su enorme país. Su opinión sobre cuestiones internacionales no suele trascender. Esto le ahorra exponerse fuera de fronteras sin olvidar que el Brasil participó en la Segunda Guerra Mundial, enviando tropas a Europa para luchar contra los nazis por inducción de los Estados Unidos [iii].
Otro factor para esta especie de incoherencia el declarado racista es su entorno y organización política firmemente soportada por los pastores de las sectas evangélicas manipuladoras que tampoco tienen interés en quedar emparentados con los genocidios nazifascistas. De hecho los evangélicos, aunque de estirpe protestante, están más cercanos históricamente a los integristas y fanáticos fundamentalistas católicos y a los llamados “movimientos carismáticos” que fueron el apoyo de la “cruzada derechista” en España que provocó la Guerra Civil (1936 – 1939) y la sangrienta dictadura de Franco por casi cuatro décadas y sirvió para desbaratar la llamada Teología de la Liberación en la iglesia católica latinoamericana.
Hannah Arendt se equivocó bastante cuando hizo una valoración de las motivaciones de los nazis, cuando consideró que Franco no era malo, que su íncubo y maestro – el filósofo nazi Heidegger – era rescatable. Al acuñar “la banalidad del mal” en su análisis de la personalidad de Adolf Eichmann, subestimó la capacidad de hacerse ‘el bobo eficiente’ que le vendió uno de los principales organizadores de los campos de exterminio cuando ya estaba acorralado, preso en Israel. Si cualquiera puede convertirse en un Eichmann o un Bolsonaro, si eso no tiene nada de extraordinario, entonces el contexto es una simple escenografía. Parece que no es así.
El cumplimiento de órdenes, aducido sistemáticamente como justificación por todos los verdugos, asesinos, sicarios y genocidas, en gran o pequeña escala, para eludir o amortiguar sus responsabilidades criminales llega a confundirse con la banalidad del mal.  Sin embargo, es cierto que esos oscuros personajes que jugaron un papel en la historia tuvieron características psicológicas y antropológicas banales, corrientes; orígenes oscuros, comunes, que confirman, una y otra vez, la sabiduría de Marx cuando, refiriéndose a la dictadura predecesora del Segundo Imperio, estableció que los hombres hacen la historia pero no en las condiciones que ellos desean [iv].
Así es que, cuando Bolsonaro agredió a una diputada diciéndole que “no la violaba porque era fea y no se lo merecía” y cuando afirmó que las mujeres debían ganar menos que los hombres porque al quedar embarazadas perjudicaban a los empresarios con sus licencias por maternidad, los periodistas fueron a buscar a su madre, la nonagenaria Olinda Bonturi, para explorar sus orígenes. Doña Olinda vive con una hija en Miracatú, un pueblo del litoral paulista, adonde llegó desde Eldorado Paulista (actualmente 15.000 habitantes), otro pueblo algo más lejano de San Pablo, donde la familia posee cuatro casas de comercio.
Jair es el tercero de seis hijos, tres mujeres y tres varones, que la madre dice haber criado con mucho amor. Al preguntársele si era un niño impetuoso y peleador callejero, Doña Olinda señala todo lo contrario, era humilde, manso, respetuoso, reservado, comprensivo, un hijo maravilloso, que ella no quería que fuese estúpido, bruto y mal hablado. Jugaba a la pelota en la calle y era estimado por sus compañeritos aunque por otras fuentes se dice que era bastante pata dura. Doña Olinda asegura que nunca le levantó la mano a un hijo, nunca les pegó, sino que les hablaba. Cuando se le dijo que su hijo hablaba agresivamente y se peleaba con mucha gente, la madre sostuvo que era su manera de hablar pero que era una buena persona.
El diputado, que se decía católico practicante, ya va por su tercer casamiento y le ha dado cinco nietos a Doña Olinda (cuatro varones – tres de ellos dedicados a la política derechista – y una niña). El padre, esposo de Olinda, Geraldo Bolsonaro, era “dentista práctico”, un “tegua”  [v] que se mudaba a pueblos más apartados donde no había dentistas para currar en lo suyo.
Según un hermano de Jair, el padre era rígido y dipsómano. Cuando llegaba a un pueblo hacía de todo, sacaba muelas, hacía ortodoncias, pero finalmente fue denunciado y un juez lo obligó a ejercer solamente como mecánico dental. Según su madre, Jair no trataba mucho a su padre aunque no atribuye eso al alcoholismo de este. El hermano Renato, que también es capitán de reserva, aseguraba que el padre era un bohemio, que fumaba y tomaba mucho pero que no dejaba que los hijos lo hicieran, era muy enérgico y no quería que ellos trabajasen porque quería que estudiaran. El hermano también es una personalidad autoritaria que defiende las acciones agresivas del diputado: “él es asi, no tolera los errores, es por la formación militar”.
Un amigo de la infancia, policía militar retirado, dijo que Jair era buen estudiante pero mal futbolista y que de muchacho se ganó un sobrenombre que no le gustaba: “Palmito” por ser muy blanco y delgado. En 1970, llegaron tropas del Ejército a Eldorado Paulista persiguiendo a Carlos Lamarca [vi]. Los jóvenes del pueblo se quedaban de charla con los soldados que les mostraban sus armas. “Eso nos fascinaba” dijo el amigo y poco después ingresarían en la  Academia Militar de Agulhas Negras, en Río de Janeiro. De ahí salió paracaidista e hizo una carrera militar convencional hasta que, en 1986, cuando era capitán participó en una manifestación pidiendo aumento de sueldo, fue sancionado con un arresto a rigor de 15 días y sometido a la justicia militar bajo cargos de insubordinación e inmoralidad.
El Supremo Tribunal Militar lo absolvió en 1988 pero Bolsonaro dejó la milicia para dedicarse a la actividad política de tiempo completo en el Partido Demócrata Cristiano. Dos años después sería electo diputado federal. El resto de su carrera política no es más que una gritería de las peores causas y de actitudes violentas bajo una apariencia cuidada y una vocación mediática bien calculada. Su desempeño como parlamentario ha sido casi nulo (dos proyectos de ley en 18 años). Lo que sucede es que Bolsonaro era realmente un peón de brega en una ecuación muy complicada: la interpenetración de política derechista, las sectas evangélicas manipuladoras y los capos del agronegocio.  Su ascenso al estrellato es mucho más reciente.
Bolsonaro siempre ha lucido una imagen corporal cuidadosamente producida: tinturas y peluquines (el popular gato) para encubrir su canas y su calvicie, impecables trajes de medida, corbatas de seda y alhajas costosas. Ha investido la imagen pulcra de la “teología de la prosperidad”, un hombre exitoso y perfumado. Su tercer casamiento por una iglesia pentecostal, con una secretaria/modelo, 27 años más joven, con quien se había unido por lo civil seis años antes, estuvo a cargo de uno de sus manejadores, el pastor Silas Malafaia [vii] que si bien no ostenta cargos políticos es un factotum que promueve candidatos y da linea a sus huestes en el sentido más retrógrado, violento y racista. Maia es muy claro respecto a su clientela: se trata de los brasileños de clase media, urbanos y relativamente jóvenes. Durante la ceremonia, en el Salón Rosa, ante los ciento y pocos invitados trajeados y con fastuosos vestidos de fiesta, el pastor aprovechó para arengar a los fieles (entre ellos al novio que había dejado de lado su faceta de bravucón y lagrimeaba) para dar manija contra el llamado matrimonio igualitario, una de las bestias negras de los evangélicos.
Odio y regreso – Por descontado no todos los parlamentarios que declaran convicciones religiosas son de la catadura de Bolsonaro o de los de la  tercera parte de la Cámara de Diputados que están confabulados en la infame Bancada Evangélica (BEB) o Frente Parlamentario Evangélico, que agrupa a 70 diputados federales y 3 senadores de distintos partidos de derecha y de centro. Los católicos no los acompañan y hay muchos protestantes que no practican esos métodos, no integran el circo de la derecha y no juegaron un papel fundamental en la maniobra contra Dilma Rousseff y el PT.
Para tener un poco más claro el tipo de degradación de la política parlamentaria en el Brasil, que se apoya en la conmixtión entre fanáticos religiosos, corruptos, intolerantes y santones pervertidos, y para ejemplo de intentonas contra la democracia, contra el republicanismo y el humanismo, que esta mezcla produce cuando llega a adquirir cierta fuerza, basta dar un vistazo a los principales dirigentes que, hombro con hombro con Bolsonaro, pero desde la BEB, claman a gritos por una dictadura militar y por terrorismo de Estado porque saben que casi 55 millones de brasileños (y posiblemente muchos más a la hora de la verdad) solamente podrían ser sometidos de esa forma a su brutal “evangelización”.
El programa de la Bancada Evangélica tiene claros tintes de insanía: se apoya en el racismo (esto es apunta contra la igualdad racial lo que en un país como Brasil es claramente demencial) y promueve el patriarcalismo más grosero (las mujeres son seres de segunda clase) [viii]. Además promueven la penalización del aborto con ferocidad, se oponen a la eutanasia humanitaria y por otra parte se oponen a la criminalización de la violencia y la discriminación porque defienden los ataques xenofóbicos, los apaleamientos y eventualmente el asesinato de transexuales, y todos los delitos de discriminación asi como justifican los castigos físicos a los niños por sus padres. Su homofobia es virulenta aunque como se ha visto recientemente, un Bolsonaro visiblemente incómodo se presenta en un video declarándose “amigo de los homosexuales” o, mejor dicho, como recipiente de los arrumacos de su maquillador que es quien lo presenta como tal.
Naturalmente estos políticos no están unidos por el amor sino por y para el espanto. Utilizan técnicas de promoción del miedo con sus seguidores y su retórica es típicamente goebbelsiana [ix]. Son fundamentalistas y retrógrados que, por ejemplo, intentan revertir las resoluciones de las organizaciones de psicólogos del Brasil que señalan que estos profesionales no deben tratar o considerar a la homosexualidad como una enfermedad (los fanáticos se oponen a la Organización Mundial de la Salud que, algo tardíamente, eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales en 1990).
Las sectas e iglesias pentecostales y especialmente las llamadas neopentecostales [x] son máquinas de succionar dinero de sus fieles, grandes manejadores de los medios de comunicación y poderosos empresarios pero, además, tienen como característica común una alta incidencia entre sus capos de conductas criminales: fraude, estafa, evasión de impuestos, abuso de funciones, apropiación indebida, contrabando, acoso laboral y sexual y desde luego perversiones sexuales que suelen ser el ingrediente oculto de las sectas moralizantes.
Parlamentarios evangélicos – Estos fueron algunos de los integrantes más notorios de la BEB que impulsaron el llamado “impeachment” de Dilma:
Eduardo Cunha –   Presidente de la Cámara de Diputados, uno de los acusados por Dilma Rousseff del complot en su contra (junto con otro futuro presidiario, el actual Presidente M. Temer). Cunha está muy comprometido en escándalos de corrupción y lavado de dinero (Lava Jato, Petrobras, etc.). Es uno de los dirigentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (uno de los mayores del Brasil). Era integrante de la iglesia Sara Nossa Terra (Será Nuestra Tierra) que dice tener un millón de adeptos pero cuando la Procuraduría lo acusó formalmente por varios delitos, se cambió de iglesia buscando amparo en la poderosa Asamblea de Dios, Ministerio de Madureira, que asegura tener 13 millones de fieles. Es uno de los que cocinaron, en el 2013, la elección del fanático pastor Marco Feliciano[xi] como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, al ceder al Partido Social Cristiano cuatro asientos en dicha Comisión. Además Cunha enfrenta varias acusaciones ante el Supremo Tribunal Federal por falsificación de documentos y evasión de impuestos. Es autor de un proyecto de ley que establece penas para quienes practiquen la “discriminación contra los heterosexuales” (propone hasta tres años de cárcel para los responsables de establecimientos que prohiban la entrada de parejas heterosexuales o que les impidan sus expresiones de afecto) como forma de contraponerlo a otro proyecto que criminaliza la homofobia. Como si fuera poco apareció en los Papeles de Panamá como tenedor de varias sociedades offshore empleadas para lavar los dineros malhabidos.
Joao Campos (Partido de la Social Democracia Brasileña-Goiás) un cincuentón, que desde hace diez años es pastor de la iglesia Asamblea de Dios, es presidente de la BEB y vice presidente de la del Partido de la Social Democracia Brasileña en la Cámara de Diputados. Desde antes de ser pastor, Campos fue delegado de la Policia de Goiás. Promovió una iniciativa para modificar la Constitución del país para que las iglesias puedan objetar la constitucionalidad de las leyes ante el Supremo Tribunal Federal. También ha propuesto la llamada “cura gay” para que los psicólogos traten a la homosexualidad como una enfermedad.
Anthony Garotinho (Partido de la República – Río de Janeiro) Ex intendente municipal, ex gobernador de Río de Janeiro y vice presidente de la BEB. Es otro cincuentón, hombre de radio desde su juventud, pertenece a la Iglesia Presbiteriana desde 1994 cuando según él cambió el marxismo por los evangelios. Está encartado en cuatro expedientes que cursan en el Supremo Tribunal Federal: se le investiga por actos de corrupción en la cúpula policial de Río de Janeiro y llegó a ser condenado a dos años y medio de prisión por asociación para delinquir pero la pena fue conmutada por la prestación de servicios a la comunidad y la suspensión temporal de derechos políticos.
Lincoln Portela – Es diputado (Partido de la República – Mato Grosso), pastor y presidente de la Iglesia Bautista Solidaria. Es activo en radio y televisión. Tiene formación en teología y organiza mesas redondas y dirige programas sobre familia. Es promotor de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas bajo el disfraz de “estudios de la paz”. La idea proviene del Estatuto de la Paz una iniciativa suya que incluye materias como valores, actitudes, comportamiento, estilos de vida y desde luego “el diseño inteligente” en los programas de primaria y secundaria. Portela es investigado por fraude en una licitación pública por el Supremo Tribunal Federal.
Magno Malta  – Es senador (Partido de la República – ES), músico y pastor de la Iglesia Bautista y es conocido por usar una Biblia en sus intervenciones en el Senado. Es el director del conjunto musical Tempero do Mundo  y ha reaccionado con gran agresividad cuando un ministro dijo que los evangélicos conservadores tenían una visión del mundo controlada por los pastores televisivos. Malta presentó un proyecto de ley para permitir la elección de parlamentarios analfabetos. Reclamó penas de prisión perpetua para los crímenes contra niños y adolescentes. También promueve la realización de plebiscitos sobre temas como el aborto, el servicio militar obligatorio y los matrimonios homosexuales. El Supremo Tribunal Federal lo investiga por crímenes electorales y también ha sido acusado de vínculos mafiosos y coimas por un millón de reales por la presentación de enmiendas para favorecer a una empresa.
Millonarios de la credulidad – Estos son los principales manipuladores evangélicos, los cinco grandes millonarios de “la industria de la fé” (las cifras datan de enero del 2013 y fueron publicadas por la revista Forbes Brasil):
Edir Macedo – (actualmente 71 años) Fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios (1977), controla al cadena Record (la segunda red emisora más grande del Brasil); sus activos no solamente comprenden la TV sino que posee un diario que circula dos millones y medio de ejemplares, editoras musicales y otras empresas, además de un avión Bombardier Global Express avaluado en 45 millones de dólares. En la década de los 90 estuvo preso por fraude y charlatanería. También fundó su Partido Brasileiro (2002) para distanciarse del Partido Liberal que apoyaba al gobierno de Lula. La revista consideraba que hace tres años la fortuna del televangelista era de 950 millones de dólares.
Valdemiro Santiago de Oliveira – (actualmente 53 años) Ex compinche de Macedo, abandonó expulsado la Iglesia Universal del Reino de Dios (en 1998) para fundar la Iglesia Mundial del Poder de Dios. Ahora tiene un imperio con más de 900.000 seguidores en 5.000 templos (todos cubículos pequeños, garajes, modestos estacionamientos). La revista estimaba que ya había amasado una fortuna de 220 millones de dólares.
Silas Malafaia – El íncubo de Bolsonaro, es dirigente de la rama brasileña de las Asambleas de Dios (la mayor iglesia pentecostal del país). Se dice que mantiene más de 400.000 seguidores en Twitter. Había lanzado una campaña llamada “El Club del Millón de Almas” para recaudar 500 millones de dólares con el objeto de montar una red global de TV para trasmitir en 137 países. Como ya se dijo su patrimonio se estimaba en 150 millones de dólares.
Romildo Ribeiro Soares – (actualmente 69 años) Otro ex compinche de Macedo que se abrió para fundar la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios. Misionero R.R. Soares mantiene gran exposición en la TV brasileña y es el tele-evangelista más difundido en Uruguay. Sigue empresarialmente relacionado con  el gran pope Macedo y disputa cabeza a cabeza el primer lugar en cantidad de horas de actuación en televisión abierta con Valdemiro. Dice tener 900 templos en Brasil. Con los años ha aprendido a hablar español para sus sanatas televisivas, superando el portuñol. Su fortuna se estimaba en 125 millones de dólares.
Estevam Hernandes Filho y Sonia Haddad (a) “Bispa Sonia” – (él 62 años, ella 57) La pareja fundó la Iglesia del Renacer de Cristo, supervisan más de mil iglesias en Brasil y en el extranjero, especialmente en la Florida, EEUU. Tuvieron exposición periodística cuando fueron capturados por el FBI en el aeropuerto de Miami, en el 2007, acusados de transportar 56.000 dólares no declarados. En Brasil también estuvieron implicados en acusaciones de lavado de dinero, falsificación ideológica y otros delitos. Fueron absueltos en el 2012 en virtud de tecnicismos leguleyos. El futbolista Kaká, abandonó la iglesia a la que había donado más de un millón de dólares, acusando a la pareja de malversación del dinero. Estevam era un experto en marketing que trabajaba para grandes corporaciones multinacionales hasta que, a fines de la década de los 80, se dedicó a una empresa propia: la iglesia neopentecostal. En San Pablo erigió la antena de TV más grande de América Latina. Sônia Haddad Morais Hernandes es empresaria, escritora, presentadora de TV (la cara bonita de su imperio mediático, la Red Gospel).El patrimonio del “Apóstol” Hernandes y la “Obispa” Sonia se estimaba en 65 millones de dólares.
Teología de la prosperidad: religión y política –    La versión brasileña de la revista estadounidense afirmaba que mientras el catolicismo pierde fieles en el país, el número de evangélicos aumenta (a principios del siglo XXI eran un 15% de la población y ahora se estima que son más del 22%, cerca de 42 millones de personas). También señalan que para el 2030 los brasileños que se declaren católicos serán menos de la mitad.
Una de las explicaciones que da Forbes para el crecimiento del protestantismo es que, mientras el catolicismo promueve una mirada conservadora de felicidad diferida (una vida en el paraíso después de la muerte) en lugar del disfrute de las riquezas terrenales, los evangélicos y muy especialmente los neopentecostales proclaman que ser próspero es una “victoria divina”. Por eso no es de extrañar que las sectas e iglesias que promueven la “teología de la prosperidad” sean las que presentan un crecimiento explosivo.
Las políticas de los gobiernos liderados por el PT, no solamente sacaron a decenas de millones de brasileños de la pobreza sino que permitieron que la clase media elevara sus expectativas. Se sabe que la enorme mayoría de quienes se definen como evangélicos pertenecen precisamente a las capas medias y es a ellos a quienes dirigen su prédica los pastores y los manipuladores políticos de la derecha ofreciéndoles, por un lado, una forma de sentirse a gusto con su prosperidad actual y una forma de eximirse de cualquier culpa para disfrutar de su nuevo estatus. Es por eso que la exhortación al disfrute es uno de los mensajes más reiterados en todas las “comunicaciones bobas” como Whatsapp a las que la izquierda no prestó la debida atención. Por otro lado bajo los cánticos alegres o agresivos de las sectas se esgrime el temor a la crisis y a la inseguridad. La satanización de la pobreza hace que los temores se transforman en odio.
Los pastores tienen un gran poder, no solamente económico sino político, mediante su capacidad de comunicación y movilización. Les presentan a sus fieles una forma perversa de “participación” mediante una intervención política lumpenizada. Manifestar en las calles con la “gente linda”, las rubias de ojos azules, los blanquitos conchetos, con globitos y coloridos carteles que llaman al golpe de Estado y la intervención militar, como un seguro contra el derrumbe al tiempo que derraman el odio y la discriminación contra los más débiles, los más vulnerables.
Políticamente los manipuladores neopentecostales le ofrecen a esas clases medias la seguridad de que no volverán atrás, de que no volverán a caer en la pobreza, de que serán “socios eternos de la fortuna”, de la gran burguesía neoliberal y de la prosperidad que es un don divino que imparten los pastores que se erigen como ejemplos de ese éxito mediante su ostentoso poder y sus fortunas malhabidas . Esos son los mantras de la “teología de la prosperidad” y una explicación de la ferocidad, la intolerancia y el veneno que siembran estos profetas con sus llamados a la guerra santa.
Sin embargo hay una reflexión de Marx en su introducción a la “Crítica de la filosofía del derecho de Hegel” (1843), frecuentemente reducida a su último párrafo, que vale la pena recordar en cuanto a la religión como obra intencionada de las personas. Marx la ubica al decir: “La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por la otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.” 
Marx considera que la religión, ese “reflejo sagrado del valle de lágrimas” (valle al cual está temporalmente confinada la consciencia del hombre), aleja a los pueblos de sí mismos, los enajena, disipando así su potencial revolucionario. Por su parte, la crítica a los aspectos enajenantes de la religión llama la atención de las personas sobre la ignominia en la que se encuentran esclavizadas y sin utopías. La crítica a la religión sólo puede ser filosófica e histórica para establecer la “verdad del acá” luego de desenmascarar la farsa del “allá”, que impone la promesa de un paraíso después de la muerte.
Los neopentecostales, los promotores de la llamada “teología de la prosperidad” y otras sectas católicas fundamentalistas, como el Opus Dei, desarrollan una modalidad de enajenación que hace énfasis en una “verdad del acá” basada en un ocultamiento de la explotación sin recurrir a la promesa del más allá. El éxito económico, el disfrute de los bienes terrenales es una “victoria divina” porque Dios así lo quiere. Es el goce y el disfrute inmediato, sin culpa, es “el paraíso en la tierra” del consumismo.
De este modo, más o menos envuelta en cierta espiritualidad, la explotación de los seres reales se produce a entera satisfacción de las clases dominantes. Las variantes neopentecostales y fundamentalistas de la religión ayudan a ese proceso negando en cierta forma la existencia del hombre de carne y hueso al sustituirlo por un “ser exitoso” y cierran de esta forma la lógica justificativa de la explotación que no puede existir sin el cuerpo de la víctima.
La tarea de la historia, por lo tanto, – dice Marx – es establecer la verdad del acá, después que haya sido disipada la verdad del allá. Ante todo, el deber de la filosofía, que está al servicio de la historia, es el de desenmascarar la aniquilación de la persona humana en su aspecto profano, luego de haber sido desenmascarada la forma sagrada de la negación de la persona humana. La crítica del cielo se cambia así en la crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología en la crítica de la política”.
El modelo neopentecostal y el fundamentalista operan con una doble finalidad: control social, necesario para imponer libremente la explotación de los pueblos y la legitimación del derecho a la explotación de esos pueblos por parte de las clases dominantes. Desenmascarar la explotación de los hombres en el mundo real es, al mismo tiempo, desenmascarar la negación de dicha explotación.
El modelo Brasil, aquí y ahora – En nuestro país alguna gente tiende a adoptar – por pensar con sus deseos, por falta de genuino interés o por lo que sea – la idea que todos las personas con convicciones religiosas están envueltas en la teología de la prosperidad, o que todos los votantes de Bolsonaro están inficionados por las campañas de odio o desean efectivamente volver atrás en sus vidas y en los destinos de su nación. Esto no es asi de la misma manera que no todos los evangélicos y menos aún todos los brasileños creyentes, protestantes, católicos o umbandistas, pertenecen a una grey indiferenciada, indiferente y fanatizada por los medios de comunicación.
También es un error creer que la pertenencia o identificación con una colectividad tan victimizada y excluida como la LGTB, asegura la simpatía de todos sus integrantes con causas y objetivos progresistas o que les hacen inmunes a las campañas de odio, al patriarcalismo y la misoginia. En algunos de esos programas televisivos llamados “talk shows” y en manifestaciones puntuales a través de redes sociales se ha podido ver como algunos miembros de dicha colectividad se erigen en furibundos oponentes de la ley de salud sexual y reproductiva y por ende de la despenalización del aborto.
El método analógico es tan frágil como peligroso. Comparar a Bolsonaro con Hitler – más allá de sus excrementicias similitudes – es un error porque ignora en forma simple y reduccionista las complejidades de los procesos políticos, la historia de las sociedades y las culturas, las especificidades y la dialéctica a las que Marx aludió reveladoramente en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” (Cfr. Nota 4). Las pontificaciones acerca de “la ola derechista”, la prédica retrógrada que recorre América y el mundo no puede ser trivializada pero tampoco tomarse como un destino fatal e inexorable contra el que nada puede hacerse.
Obviamente Uruguay no es Brasil pero la metodología de allá tiene acá sus cultores, sus admiradores arrobados y eventualmente los recipientes de sus “enseñanzas”, de su financiación y de su asesoramiento y si no vean como ya en flamantes cuatro por cuatro, aquí en el Uruguay, han empezado a aparecer pegotines de “Bolsonaro Presidente – 17”. Tienen matrícula uruguaya pero mente y bolsillo imperial.
Los enemigos de la democracia ya empezaron su campaña mirando al norte. Pueden y deben ser denunciados en sus verdaderas intenciones, su prédica de odio, discriminación y aplastamiento de las víctimas, apología del delito y la dictadura, vandalización de monumentos, negación de los crímenes, erección de “coaliciones para volver al pasado” personificadas por cadáveres de la política uruguaya y su carencia de propuestas distintas que volver a gobernar a cualquier costo. No podrán trasladar la “Cisplatina mental” de las noticias falsas como si tal cosa a la política de nuestro país. De la acción de los ciudadanos de todos los partidos, de todas las religiones y de todas las concepciones del mundo depende el impedirlo.






 [i]Además de su homenaje al reconocido torturador fallecido el año pasado (que dicho sea de paso fue agregado militar de la Embajada del Brasil en Montevideo, en 1986), Bolsonaro ha dicho que fue un error de la dictadura brasileña haber torturado dado que lo que debería haber hecho es haber matado a todos los presos políticos.
[ii]Partido Social Cristiano (2016) Partido Progresista (2005-2016) Partido da Frente Liberal (2005) Partido Trabalhista Brasileiro (2003-2005) Partido Progresista Brasileiro (1995-2003) Partido Progressista Renovador (1993-1995) PP (1993) Partido Demócrata Cristiano (1989-1993).
[iii]La Fuerza Expedicionaria Brasileña, con 23.500 efectivos, se empeñó en la Campaña de Italia (1943 – 1945) y entre sus veteranos, llamados “os pracinhas” revistaron varios capitostes de la dictadura militar (a partir de 1964) que Bolsonaro considera la época más gloriosa de su país. Entre otros: Afonso Augusto de Albuquerque Lima – Ministro del Interior (1967 – 1969). Golbery do Couto e Silva – Ministro de la Casa Civil (1974 – 1981). Hugo de Abreu – Ministro de la Casa Militar (1974 – 1978). Octavio Costa – publicista del régimen en la época de Garrastazú Médici y nada menos que Humberto de Alencar Castello Branco – el  primer gorila encaramado en la presidencia del Brasil entre 1964 y 1967.
[iv]Marx, K. (1852) El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (Cap.1) “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal”.
[v]La palabra tegua, es un colombianismo, que se remonta a tiempos precolombinos, y se aplica a la persona que ejerce la medicina o la odontología sin título universitario porque ha adquirido empíricamente su saber. Los Teguas, eran unos aborígenes colombianos que se extinguieron en el siglo XIX.
[vi] Carlos Lamarca (1937 – 1971) fue un dirigente de la oposición a la dictadura militar brasileña que se instaló en 1964. Lamarca era capitán del Ejército y desertó en 1969 para encabezar la llamada Vanguardia Popular Revolucionaria, una organización de extrema izquierda que efectuó asaltos a bancos, secuestró al embajador de Suiza, en 1970, y desarrolló un foco guerrillero en Vale do Ribeira. En esa región se encontraba el pueblo donde vivían los Bolsonaro, Eldorado Paulista. Declarado traidor, desertor y enemigo público, Lamarca fue perseguido por los servicios de seguridad y el Ejército durante dos años hasta que lo ubicaron y mataron en tierras nordestinas. Treinta y seis años después de su muerte, la Comisión de Amnistía del Ministerio de Justicia, encabezada por Tarso Genro, lo promovió en su sesión inaugural a coronel del Ejército y le reconoció a su viuda y sus hijos la condición de perseguidos políticos.
[vii] Silas Malafaia Lima (57 años) es el pastor de la iglesia pentecostal “Victoria en Cristo“. Malafaia también es tele-evangelista, licenciado en psicología, presidente de la editorial Central Gospel, vicepresidente del Consejo Interdenominacional de Ministros Evangélicos de Brasil (CIMEB), entidad que congrega cerca de ocho mil pastores de casi todas las denominaciones. En enero de 2013, un informe de la revista estadounidense Forbes Brasil estimó su patrimonio en 150 millones de dólares.
[viii]Tiene razón Dilma Rousseff cuando afirma que el “impeachment” no habría sido empleado contra un Presidente varón. El patriarcalismo siempre favorece el ataque a una mujer sin perjuicio de que es el caldo de cultivo de la violencia de género.
[ix]  El Dr. Paul Joseph Goebbels (1897-1945) fue un político alemán, Ministro de Ilustración Pública y Propaganda de los nazis que adaptó técnicas novedosas de publicidad comercial a la esfera política, incluyendo el uso de lemas atrayentes y mensajes subliminales. Desarrolló el diseño de cartelería y gráficas y el uso intensivo de todos los medios de comunicación más modernos de la época (radio y cine entonces, como ahora la TV e Internet). Al igual que Hitler, practicaba su oratoria delante de un espejo. Las grandes reuniones eran precedidas por marchas ceremoniales y cantos, y los lugares se decoraban con banderas: se trataba de un espectáculo. Su entrada (casi siempre tarde) estaba programada para lograr el mayor impacto emocional. Por lo general, planeaba meticulosamente sus discursos con antelación, el uso de gestos e inflexión coreografiada y previamente planificada, pero también era capaz de improvisar y adaptar su presentación para obtener un acercamiento con su público. En sus escritos exigía a sus seguidores un cambio profundo y una disposición al sacrificio.
[x]En el fragmentado panorama de las iglesias evangélicas, los neopentecostales son criticados debido a sus nuevas doctrinas no amparadas en la Biblia, como lo es la búsqueda del dinero y éxito en los negocios, a través de la denominada teología de la prosperidad. También han sido criticadas sus liturgias, masivas, superficiales y planteadas como un espectáculo, un show mediático.
[xi] Marco Antônio Feliciano (nacido en 1972) es diputado federal electo por el Partido Social Cristiano, pastor de la Catedral do Avivamento, una iglesia neopentecostal relacionada con la Asamblea de Dios y  también es empresario prolífico en la producción de materiales de autoayuda. Feliciano es uno de los más fanáticos fundamentalistas y sus demenciales declaraciones lo han enfrentado incluso con colegas evangélicos. Se estima que su fortuna personal es casi tan grande como la de Isaias Malafaia con quien mantiene diferencias doctrinales aunque coinciden en su fanatismo retrógrado.

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