ATOMIZACIÓN
DEL SEXO, ANOREXIA EXTREMA Y EMBAUCAMIENTO
Como
un juguete sexual alemán se transformó en la muñeca más famosa del mundo,
paradigma de anorexia y frivolidad, y como esta fue corporizada por una modelo
asexuada que el bisturí y el photoshop han transformado en maestra espiritual, afiche
del ayuno mortal y
peligrosa embaucadora.
Lic.
Fernando Britos V.
A mediados del siglo pasado, un dibujante alemán
produjo una caricatura para la primera plana del Bild Zeitung, una pícara
secretaria llamada Bild Lilli que se popularizó apareciendo cada día con un
chiste relativo a su relación con los hombres[1].
Esta figura de historieta pronto se transformó en un juguete sexual, una muñeca
rubia con cola de caballo, que se vendía en distintos tamaños para uso adulto,
inclusive bajo forma de muñeca inflable provista de orificios adecuados con
fines masturbatorios. Ruth Handler, la esposa de uno de los fundadores de
Mattel, la gigantesca empresa juguetera californiana (fundada en 1945),
descubrió a Lilli durante uno de sus viajes y así nació la Barbie (abreviatura
de Bárbara, nombre de la hija de la empresaria).
En la década iniciada en 1950 había comenzado un
rápido proceso de transformación en el mundo de las muñecas. Los bebotes que
durante mucho tiempo habían sido la norma se transformaron paulatinamente en
réplicas de niñas algo mayores o mujercitas con cuerpos y extremidades que no
incluían las características sexuales de mujeres adultas. En este tipo de
muñecas había adquirido un enorme potencial de mercadeo le venta de un
vestuario diverso y sus accesorios que se popularizó, desde siglos anteriores,
a partir de modestas muñecas impresas sobre papel o cartón cuyas ropas
recortadas se fijaban a voluntad mediante pestañas.
En marzo de 1959 la Barbie fue lanzada oficialmente
al mercado. Dos años después desapareció Lilli, su predecesora germana, pues
Mattel había adquirido sus derechos y la eliminó. El resto de la historia es
conocido, la muñeca sexuada que se convirtió en uno de los íconos del siglo XX.
Sus formas modélicas produjeron ventas de miles de millones de ejemplares y la
más enorme variedad de vestuario, accesorios, vehículos, escenografías,
atuendos especiales, bisutería, menaje, que respondieron al mundo globalizado y
a la difusión de un tipo femenino notoriamente artificial.
Desde el punto de vista juguetero, la Barbie adoptó
la escala 1/6. Cada centímetro de la muñeca debe corresponder, supuestamente, a
seis de un cuerpo real en todas sus dimensiones. La estilización que nació del
dibujo ha sufrido bastantes cambios pero siempre para potenciar una
modelización sexual femenina cada vez más distante de las obesas
estadounidenses. Uno de ellos fue cierto engrosamiento de la cintura de avispa
original para intentar amortiguar las críticas que conllevaba un modelo tan
drástico como irreal y peligroso.
La transición del dibujo alemán a la muñeca Lilli ya
había facilitado esta adaptación de la realidad al mercadeo. Esta transición
habría resultado imposible si alguien hubiese tomado como modelo los dibujos
del argentino Guillermo Divito en Rico Tipo[2]
aunque las ropas con que el dibujante argentino investía a sus Chicas tuvieron
una influencia importante en la moda, sobre todo en Buenos Aires y en la década
de los sesenta. Los jóvenes porteños de ambos sexos querían vestirse como los
personajes del dibujante.
Afortunadamente muy pocas mujeres pretendieron
transformarse en una chica de Divito mediante la cirugía lo que si ha sucedido
en el caso de la Barbie. La muñeca más famosa del mundo se transformó en un
modelo tridimensional para las niñas, pre adolescentes y adolescentes, modelos
y publicistas. Las críticas son conocidas: la vinculación del modelo con la
anorexia y otras patologías de tipo esquizoide y obsesivo-compulsivo, la
estupidización y el consumismo en niñas, niños y adolescentes, la promoción de
estereotipos prejuiciosos, racistas y discriminadores varios, la
hipersexualización de la infancia, el desarrollo de gigantescas guerras de
mercadeo, etc.
Volviendo a la escala 1/6 hay que señalar que las
medidas de una Barbie actual, por lo menos de una de las versiones más
difundidas, trasladadas a una mujer de carne y hueso dan como resultado una
altura de 1, 79 mts., un peso de alrededor de 48 kilos y unas medidas de busto
cintura y caderas de 95-45-82. El cuerpo de las mujeres de carne
y hueso ha ido cambiando en casi todo el mundo pero la moda sigue planteando
tipos cada vez más distantes de la realidad. La Miss
Suecia de 1951 medía 1,58 mts. y pesaba 60 kilos, pero en 1983 ya medía 1,79 mts.
y pesaba 44 kilos. En la década de los noventa la mujer estadounidense promedio
pesaba un 8% más que las modelos de pasarela pero actualmente, comida chatarra mediante, las féminas del
común pesan un 23% más y la distancia sigue aumentando.
Sin embargo, las
modelos típicas de hoy parecen informes comparadas con la Barbie y reproducir
las proporciones de la muñeca en una mujer requiere no solamente cierto punto
de partida antropométrico, ubicado en una talla por encima del promedio a los
18 o 19 años de edad, sino una dieta brutalmente hipocalórica, cirugía intensiva
y otros recursos tecnológicos. Cualquiera de esos procedimientos, por si solo,
es capaz de hacer inviable la vida o de causar considerables trastornos
psicofísicos.
El caso de Ken, el
muñeco que representa al novio de la famosa Barbie, puede ser replicado por
algunos físicoculturistas que dediquen su vida a conseguir y mantener, durante
unos pocos años, una apariencia similar aunque una muerte prematura como la del
chocolatero Ricardo Fort es un resultado altamente probable.
En el caso de las
mujeres la corporización de la muñeca requiere someterse a manipulaciones mayores.
Los implantes de silicona en los senos, la extirpación de un par de costillas y
los retoques faciales y corporales son de rigor para conseguir las medidas
deseadas pero la disminución del abdomen puede requerir acortamiento quirúrgico
del intestino y modificaciones óseas (como las destinadas a alargar las
piernas) y de las masas musculares, que son capaces de producir efectos contraproducentes
e irreversibles. De este modo, una “Barbie viviente” sufriría una serie de
desórdenes producto de la desnutrición, diarrea crónica y amenorrea como
resultado de los desarreglos en la homeostasis hormonal.
El 23 de agosto de 1985
nació Valeria Lukyanova una modelo ucraniana que en el 2007 ganó un concurso de
belleza que la lanzó a la fama por su cultivado parecido con la muñeca Barbie.
A ciertas condiciones originales, Valeria agregó maquillaje, cuidado photoshop
y lentes de contacto para tornar sus ojos verdes al azul celeste de la muñeca y
asegura en forma muy poco creíble que su apariencia se debe exclusivamente al
implante de silicona en senos, dieta rigurosa y ejercicio. El parecido entre
esta mujer y la muñeca fashion es muy
grande lo que disimula que sus medidas no coincidan exactamente con las del
modelo. En efecto, es un poco baja y menuda: mide 1,70 mts., pesa 42 kilos y sus
medidas son 86 - 46 – 86.
La ucraniana se
presenta no como modelo estético sino como “maestra espiritual” especializada
en viajes astrales, reencarnaciones y una serie de paparruchas New Age que
tomaron prestadas del jainismo[3]. El pasado 28 de febrero anunció que se estaba
preparando para vivir exclusivamente de la luz solar y el aire sin ingerir
comida ni bebida alguna, pasando así del crudivorismo al respiracionismo
(breatharianism, en inglés).
Valeria, casada con el
hombre de negocios Dimitri Shkrabov con quien vive como hermano y hermana en
Odessa, mantiene una relación abierta y asexuada. Practica la “vida natural” y
el montañismo, no tiene hijos y no piensa tenerlos porque “no tiene instintos
animales”. Asegura que su madre la introdujo en los viajes astrales y ofrece a
quienes se anoten en sus cursos un camino ascético a la felicidad: cuanto menos
coman y menos hagan el amor tanto mejor.
Como es lógico Valeria
es, sobre todo, un fenómeno propio de Internet. Hoy en día anda por el millón
de seguidores en Facebook, más de 350.000 en la red social rusa VK y los videos
en YouTube que promueven su imagen (entre los cuales ha subido cien canciones) fueron
vistos más de 30 millones de veces. Es cierto que esas cifras, que pueden ser
engrosadas mediante un operativo de mercadeo o comprando adhesiones, no
significan que sus “enseñanzas espirituales” conciten muchos seguidores.
En todo caso, Valeria
no es original. Ha atomizado el sexo, no es una mujer sino un ser astral y
ahora ha adoptado un curso peligroso. No para ella pues la comunidad científica
sabe que su ayuno extremo, su anorexia, su inedia o como quiera llamársele, no
podrá prolongarse por mucho tiempo sin que requiera atención debido a una falla
renal masiva o a un paro cardio-respiratorio. En el pasado, ha habido una media
docena de muertes reportadas de fanáticos respiracionistas durante ayunos
extremos. Es posible que personas con graves afecciones psicológicas sigan su
ejemplo y sufran las consecuencias.
Se puede anticipar que una
figura tan mediática y producida, como Valeria Lukyanova no perecerá. Ella
pertenece a la categoría de embaucadores como la australiana Ellen Greve, alias
Jasmuheen, quien asegura que hace veinte años vive de prana, la fuerza universal
de la vida, sin ingerir alimentos. Esta señorea es autora de un libro cuyo
título preconiza que la luz es “una fuente de nutrición para el nuevo milenio”
e incluye un programa de tres semanas para impedir el envejecimiento y alcanzar
la inmortalidad al vivir únicamente de ella. Para asistir a sus seminarios hay
que pagar una matrícula de dos mil dólares. El único periodo de ayuno
controlado por un médico fue de cuatro días, al cabo de los cuales el
Presidente de la Asociación Médica de Queensland le prohibió continuarlo. Tres
de sus seguidores han muerto ayunando según su método.
Otro chanta peligroso
que antecede a la Lukyanova es el estadounidense Wiley Brooks que dirige el
Instituto Respiracionista de América. Brooks sostiene que no necesitamos comer,
beber o dormir y organiza talleres para enseñar a las personas el arte de vivir
del aire. Comenzó cobrando una matrícula de 500 dólares y hace cuatro años ya estaba
cobrando cien mil dólares por un taller completo.
En la India, un
ingeniero jubilado, Hira Ratan Manek, asegura que vive de agua hervida y energía
del sol porque ha transformado su cuerpo en un panel fotovoltaico. Manek es
seguidor de un culto dirigido por Tapaswi Palden Dorie cuyos seguidores
aseguran que no ha comido ni bebido agua desde el 6 de noviembre de 2005 cuando
fue mordido por una serpiente venenosa. Desde entonces el gurú está iluminado y
se dice que medita inmóvil bajo un árbol en aras de la paz mundial. No
solamente no come ni bebe sino que no hace sus necesidades.
La lista de casos es
larga. Ninguno de los respiracionistas o jainitas se ha sometido a condiciones
experimentales y muchos han sido descubiertos dándose atracones de bebida y
comida a escondidas. Ahora la “Barbie viviente” desfilará en la pasarela de los
embaucadores.
[1]
Un ejemplo típico era un cuadro en el que un policía le decía a Lilli, en la
playa, que los bikinis de dos piezas estaban prohibidos, a lo que ella
respondía: “ bien ¿entonces qué parte quiere que me quite?”
[2] Guillermo Divito (1914 – 1969)
había comenzado a dibujar sus “Chicas” en Patoruzú, en 1936, y su auge fue
contemporáneo a la Bild Lilli. Las Chicas de Divito se caracterizan por su
físico sensual y ultra estilizado, de pequeñísima cintura y amplias caderas,
busto prominente y elevado, largas y muy bien torneadas piernas de tobillos
finísimos. Sus rostros tenían enormes y vivaces ojos, con largas pestañas y
cejas muy marcadas, labios gruesos y sensuales y nariz mínima. Con conocimiento
o sin él, los diseñadores estadounidenses, italianos y japoneses siguieron sus
pasos.
[3]
El jainismo es una religión con antecedentes remotos (s. VIII a.n.e.) que fue
rival del budismo en el norte de la India. Se trata de una versión reformada y
fundamentalista del hinduismo brahamánico basada en el ascetismo extremo y las
mortificaciones heroicas que llegan a la muerte por inanición.
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