LA UNIVERSIDAD ENTRE LOS ÚLTIMOS OREJONES
Por el Lic. Fernando Britos V.
A principios del gobierno del Dr. Jorge Batlle, cuando expiraba el siglo pasado, el mandatario dispuso que se publicara en la página Web de la Presidencia los sueldos que devengaban los funcionarios públicos. Esta medida de puro liberalismo produjo gran revuelo. En ese entonces, el Rector Guarga demandó que también se publicara la escala de sueldos de la Universidad que no había sido incluida en la disposición presidencial y así se hizo. Para la gran mayoría de los universitarios la comparación no hacía más que confirmar un conocimiento sufrido por todos, docentes y no docentes: las remuneraciones en la Universidad de la República eran lastimosamente bajas, tanto en términos absolutos como relativos[1].
Para algunos políticos que habían gobernado desde 1985, la información salarial era equiparable a un atentado contra la paz social. El senador Francisco Gallinal, por ejemplo, sostuvo que podía ser muy perjudicial que se supiera, en un pueblo del interior del país, lo que ganaba el portero del Banco República. Los temores eran infundados. La peonada no se fue a las cuchillas ni exigió equiparación.
Ahora una nueva piedra conmueve la charca de las políticas salariales que, en general, han resultado impenetrables para los criterios de ecuanimidad y justicia. El semanario Búsqueda, tan puramente neoliberal como el Dr. Batlle, publicó una nota[2] cuyo leit motiv está claramente establecido en el copete: “el sueldo medio de los empleados públicos ronda los $ 26.000 y llegó a quintuplicar al que pagan ramas del agro”. Esa onda ya la conocemos. Se trata de satanizar a los funcionarios públicos y en todo caso a atizar la “lucha entre pobres” (en este caso la concheta ‘patria gaucha’ contra los presuntos parásitos puebleros que ganan cinco veces más y no saben hacer asado con cuero ni cebarles el mate).
Sin embargo, la operación que ha hecho Búsqueda la puede hacer cualquier ciudadano y la tabla que publica es, de hecho, muy interesante de modo que es lícito y necesario aprovecharla para rasgar el velo del secretismo que siempre envuelve a las injusticias. El semanario utilizó datos oficiales del MEF, el INE, el BCU, la OPP y la ONSC. En una tabla se desarrollan línea para cada una de las 38 reparticiones públicas consideradas (agrupadas en capítulos como Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial y varios, Gobiernos departamentales, Empresas públicas y Bancos públicos). En las columnas figura el nombre de cada dependencia, el total de remuneraciones en millones de dólares, la cantidad de funcionarios y dos columnas con el sueldo promedio en pesos para los años 2010 y 2011.
Los 76.658 funcionarios que dependen del Poder Ejecutivo tuvieron en el año 2011 una remuneración promedio de 20.800 pesos. Claro que dentro del capítulo las remuneraciones van desde los $125.500 promediales que perciben los 553 funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores hasta los miserables 6.300 pesos que reciben, en el otro extremo los 3.497 funcionarios del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.[3]
Defensa Nacional e Interior son los dos ministerios más poblados (29.710 y 28.839 respectivamente) y también los más costosos del Ejecutivo (287 y 394 millones de dólares). Los sueldos promedio, debido a la gravitación de los bajos ingresos de la tropa, son de $ 13.700 y 19.800.[4] En este conjunto, el Ministerio de Economía con 4.493 funcionarios presenta un sueldo promedio de $ 45.300 mensuales aunque por debajo de la Presidencia de la República y de Industria y Energía que tienen sueldos de $ 51.700 y 58.400 respectivamente. Turismo y Deportes con $ 19.900 (junto con Interior que ya vimos) están por debajo de la media del grupo pero por encima de la Universidad de la República como veremos.
El Poder Legislativo, cuyos 1.239 funcionarios integran o tienen cercanía proverbial con los centros de decisión, reciben 89 millones de dólares que les otorgan un muy buen sueldo mensual promedio de $ 104.800. En tanto el Poder Judicial que demanda 109 millones de dólares para sus 4.542 funcionarios pagaba, en el 2011, un sueldo mensual de $ 32.900. También en este caso los engañosos promedios no son capaces de ocultar que entre el sueldo de los altos magistrados y el de los funcionarios hay diferencias sustantivas. Entre este tipo de organismos se destaca el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, un tradicional ladero del poder, el cual paga a sus 74 funcionarios un sustancioso sueldo de $ 65.000 mensuales.[5] Al TCA le siguen el Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral que pagan un promedio de $ 46.700 y $ 35.500 respectivamente.
En el campo de la salud, los 893 funcionarios del MSP percibieron un sueldo promedio de $ 25.100 en el 2011 y los 17.717 de ASSE, $ 21.000.
Llegados a los organismos de la enseñanza resulta que la ANEP, que con sus 65.090 funcionarios es indiscutiblemente el más poblado de los organismos públicos, paga sueldos promediales de $ 20.200. En tanto, la Universidad de la República con sus 16.601 funcionarios [6] paga sueldos mensuales de $ 19.000. El sub total para los organismos del Art.220 y otros arroja un sueldo promedio de $ 21.100, casi un 15% más de lo que paga la Universidad.
Los gobiernos departamentales pagan a sus 38.888 funcionarios sueldos mensuales de $ 22.100. En cuanto a las empresas públicas, con su condición de recaudadoras, no nos extrañará encontrar sueldos promediales bastante superiores a los $ 20.000 (UTE $26.700; Antel $30.700; ANCAP $ 31.700, ANP $ 32.500, etc.). Lo que llama la atención es que, afortunadamente, en empresas que se encuentran en profunda crisis desde hace años, como AFE y el Correo, sus funcionarios hayan conseguido preservar sueldos mensuales promedio de $ 20.100 y $ 21.200 y esta es una buena noticia. También llama la atención que organismos con plantillas reducidas como la Agencia Nacional de Vivienda y el Instituto de Colonización (con 578 y 184 funcionarios respectivamente) paguen sueldos promedio de $ 36.500 y $ 31.500.[7]
Por último se ingresa en el capítulo de los bancos públicos que es el único que presenta salarios dignos aunque en medio de un panorama dispar. El Banco Central y el Banco Hipotecario, con plantilla de personal reducida en el primero de ellos: BCU 594 y BHU 3.961, están a la cabeza. Es de presumir que la gravitación de los jerarcas, profesionales y cargos de confianza, en el BCU es decisiva para los sueldos mensuales que son record en la administración pública con $103.100. El BHU viene a rueda con impresionantes $ 103.000. Ambos muy cerca del record absoluto del sector público que como es sabido corresponde al Poder Legislativo. A media tabla el BROU, con $ 72.700 y el BSE con $ 64.400. Cierra el elenco el BPS con $ 41.100 (casi un 40% por debajo del promedio de sueldos de los bancos públicos).
En suma, en el ranking de los cinco salarios más miserables (la tabla del descenso) es como sigue: 1° - el MTOP con $ 6.300; 2° - Defensa Nacional con $ 13.700; 3° la Universidad de la República con $ 19.000; 4° - el Ministerio del Interior con $ 19.800 y 5° - el M. de Turismo y Deportes con $ 19.900.
Los 79.888 funcionarios de estas cinco dependencias estatales perciben, todo sumado, un sueldo mensual de $ 78.700. En otras palabras, el 31 % de los funcionarios públicos recibe el 21% de lo que el Estado dedica a salarios de sus servidores. Sin perjuicio de las confusiones que encierra la interpretación literal de los promedios y las analogías cuyos términos no han sido adecuadamente esclarecidos, resulta que más allá del conocimiento obvio de que los sueldos de soldados y policías rasos son ridículamente bajos, lo que por lo común desconoce la ciudadanía es que la Universidad percibe salarios inferiores a los de la policía y a los del Ministerio de Turismo y Deportes y que el MTOP presenta sueldos promediales tan increíblemente reducidos. Si el panorama no fuera trágico daría para un abordaje humorístico.
La divulgación de estas cifras también levantará gritería o promoverá la más helada indiferencia, después de todo estos extremos se tocan. El problema no es la comprobación sino las soluciones. Soluciones imprescindibles, ineludibles, urgentes, profundas y más vale que no se diga que este es un problema corporativo o se apele a las babosadas que algunos esgrimen para satanizar a los funcionarios públicos y entreverar sus reclamos agravando las disparidades e inequidades internas en cada organismo. Estos sueldos son una vergüenza para el país, equiparable a los salarios de hambre que se pagan en algunos sectores privados y a las inicuas condiciones que enfrentan los jubilados y los pensionistas.
[1] Es conveniente aclarar que, en la mayoría de los casos, las remuneraciones que pagan las universidades privadas son tan o más reducidas que las de la UdelaR con la desventaja adicional de la absoluta falta de transparencia que reina en la materia y la aplicación de negociación salarial individual y diferencial.
[2] “Persiste alta disparidad salarial dentro del Estado y con privados”, Búsqueda, jueves 8 de marzo de 2012, página 20.
[3] Es preciso tener mucho cuidado con los promedios e indicadores que como el ingreso per capita o el producto interno bruto son agregados de datos que pueden encubrir la realidad o resultar engañosos. En el MRE, por ejemplo, gravita fuertemente el hecho que el personal diplomático asignado en el extranjero tiene remuneraciones de nivel internacional (sin embargo no cuentan otros beneficios no salariales que suelen considerarse ‘beneficios marginales’ o fringe benefits, (muy reales pero de de difícil cuantificación por secretismo, como lo percibido por ‘misiones de paz’, las prebendas para la introducción sin impuestos de vehículos y enseres, las tarifas de privilegio con las que se obtienen bienes y servicios, etc.). En el MTOP seguramente los jerarcas ganan salarios superiores en comparación con las remuneraciones absolutamente exiguas de los operarios no calificados que han de ser la mayoría del personal de esa cartera.
[4] Aquí debe considerarse que la relación entre oficiales, sub oficiales y personal de tropa es mucho mayor en las FFAA que en el Ministerio del Interior, de modo que cuanto menor es el número de personal subalterno en relación con el de los oficiales, mayor es el sueldo promedio.
[5] Seguramente la mayoría de los funcionarios de esa exigua plantilla controladora ha de ser profesional (abogados y contadores) que son los grandes prebendatarios de las escalas de sueldo en toda la administración pública porque, en definitiva son ellos quienes las elaboran.
[6] En este guarismo se incluye al Hospital de Clínicas que tiene un tratamiento presupuestal especial.
[7] En el caso de la ANV y Colonización es difícil aplicar el criterio de análisis que opera en las Fuerzas Armadas y en la Policía: un conjunto de oficiales con salarios más o menos adecuados y una gran masa de tropa con remuneraciones de ridículamente bajas.
Gracias por los datos. A veces se hace un manejo un poco demsmedido con el Trabajo
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