sábado, 7 de diciembre de 2013

Descaecimiento de la ética y la función pública



Descaecimiento de la ética y la función pública
EL ROBO DE LIBROS Y El INFRAMUNDO CRIMINAL DE BERLUSCONI
Lic. Fernando Britos V.
El escándalo del saqueo de libros antiguos de valor incalculable de la biblioteca barroca del Monasterio Girolamini, en Nápoles, por parte de un triplemente falso príncipe, doctor y profesor, puesto por el gobierno de Berlusconi, expone nuevamente las conexiones del inframundo del Cavaliere y la red mundial de ladrones, traficantes, falsificadores y acaparadores de obras de arte, libros raros y valiosos, manuscritos y partituras varias veces centenarias que extiende sus tentáculos hasta el Río de la Plata y que ha azotado bibliotecas y museos en el Uruguay..
Tesoro cultural descuidado - En 1586 abrió sus puertas la Biblioteca Girolamini, una de las más importantes del mundo, a cargo de la Congregación de los Oratorianos, fundada poco años antes por San Felipe Neri.[1] Con el paso de los siglos la colección, con fuerte énfasis en teología, historia, filosofía y artes llegó a reunir casi 160.000 títulos pero sus joyas eran unos 120 incunables, es decir libros producidos en el primer medio siglo a partir de la propagación de la imprenta en Europa (1453) y más de 5.000 volúmenes del siglo XVI que abarcaban prácticamente la totalidad de los producidos entonces. Además, se conservaban 6.500 partituras de los siglos XVI al XIX y numerosos manuscritos de los más célebres autores clásicos de la literatura y las ciencias.
Desde el punto de vista orgánico la biblioteca estaba bajo el cuidado de los oratorianos pero desde hace muchas décadas depende del Ministerio de Cultural de Italia. Hace unos 30 años cerró sus puertas al público y quedó en una situación de semi abandono que muy esporádicamente interrumpían algunos investigadores. Ellos y los vecinos fueron los que advirtieron que algo raro estaba pasando tras los muros del espectacular complejo arquitectónico del monasterio. El fraile oratoriano Sandro Marsano le dijo a Tomaso Montanari - un profesor de historia del arte que denunció la situación de la biblioteca - que esta permanecía cerrada porque debía ser reorganizada y digitalizado el inexistente catálogo de su tesoros. Montanari, que venía investigando la compra por el gobierno de un crucifijo falsamente atribuido a Miguel Ángel por el que se pagaron 3 millones de euros, vio la preciosa biblioteca en el más absoluto desorden: libros cubiertos de polvo, apilados en el suelo, latas vacías de gaseosa regadas por las mesas de lectura y un revoltijo fenomenal. Los vecinos le contaron las extrañas idas y venidas de vehículos que se retiraban cargados, tarde por las noches.
Falso príncipe y auténtico ladrón - En el 2011, el gobierno de Berlusconi había nombrado como Director de la Biblioteca a Mariano Massimo De Caro (n.1974) un aventurero típico del inframundo del Cavaliere. El autodenominado Prof. Dr. De Caro tenía antecedentes como intermediario en negociados petroleros, era cónsul honorario del Congo y anteriormente había sido asistente del senador Carlo Corbinelli y encargado de relaciones públicas del INPDAP (un fondo de pensiones de funcionarios públicos del norte de Italia).
Entre el 2007 y el 2011, De Caro fue vicepresidente de un parque eólico y de colectores solares de la empresa Avelar Energia cuyo propietario es el multimillonario ruso Ing. Viktor Felixovich Vekselberg. Ingresó en la rosca ministerial de la mano de Giancarlo Galan, que ocupó la cartera de agricultura en el gabinete de Berlusconi. El 15 de abril de 2011, fue designado como asesor ministerial experto en energías renovables y en asuntos de relaciones empresariales con el sistema de negocios en materia de arte y publicaciones. El regordete De Caro, además de hombre de paja del poderosísimo Vekselberg, aparecía como propietario de una librería anticuaria en Verona y socio y agente del librero anticuario argentino Daniel Guido Pastore, personaje cuyo papel veremos enseguida.
Cuando Galan pasó de Agricultura a rotura otra  parcela ministerial, la de Cultura, designó a su asesor como Director de la Biblioteca Girolamini lo cual desató una inmediata reacción de la intelectualidad italiana que reunió cientos de firmas en protesta por la medida. En su defensa. De Caro hizo declaraciones a la prensa diciendo que se había doctorado en la Universidad de Siena y que era profesor de maestría en la Universidad de Verona donde dictaba cursos de historia y tecnología de la imprenta. Agregó que consultaba con el Cardenal Mejía, Bibliotecario del Vaticano, que había publicado un libro sobre Galileo y que había sido director de la biblioteca de la Catedral de Orvieto. Por si fuera poco y para mayor esplendor de sus blasones se construyó un grandioso pasado familiar, el padrino de su abuelo había sido Benedetto Croce y su familia había heredado el título de Príncipes de Lampedusa directamente de Giuseppe Tomasi, el de “Il Gattopardo”.
Si algo faltaba para convencer a la justicia que De Caro era un chanta peligroso, los investigadores rápidamente descubrieron sus mentiras. El intelectual Gioacchino Lanza Tomasi, explicó inmediatamente que el título nobiliario había sido concedido por Carlos II de España y las Dos Sicilias, a su antepasado Ferdinando Tomasi, en 1667, y que los De Caro no tenían ni habían tenido nada que ver con su familia. También advirtió a las autoridades del peligro que corría Girolamini con este burdo falsificador al mando[2]. En la Universidad de Siena, De Caro estuvo inscripto como estudiante de Derecho, en 1992 y 1993, pero no obtuvo título alguno. En la Universidad de Verona no hay registros del falso profesor y la catedral de Orvieto no tiene biblioteca pero es interesante seguir la pista de la “creación” del título doctoral por parte del aparato berlusconiano. En efecto, De Caro aparece denominado como “Profesor” en un folleto de “Il Buongoverno” una asociación con sede en Milán[3] que tenía como secretario nacional honorario a Marcello Dell’Utri.
La conexión mafiosa – Dell’Utri es un político siciliano, uno de los principales operadores de Berlusconi, que fue condenado a 7 años de prisión por asociación mafiosa. Él y su colaboradora María Grazia Cerone eran la conexión directa entre la Cosa Nostra y Silvio Berlusconi para los grandes negociados, concesiones de obras públicas, estafas y apropiaciones y defraudaciones de todo tipo que comprendía también a otras organizaciones mafiosas más localizads como la Camorra (Nápoles) y la Drangheta (Calabria). Dell’Utri no solamente parece haber sido íntimo del Cavaliere Silvio sino también su principal extorsionador porque obtenía grandes sumas por no declarar contra su jefe. El prontuario de Dell’Utri es frondoso ha sido investigado y a veces condenado por instigación a la calumnia, fraude fiscal, estafa y corrupción. En el inframundo berlusconiano ha sido el promotor de la nueva Logia P3 [4], que vincula a los políticos fascistas, la curia romana, jueces, militares, la banca del Vaticano, los servicios secretos de varios países y diversas organizaciones internacionales.
Marcello Dell’Utri no solamente apadrinó a Mariano Massimo De Caro sino que incursionó, tal vez con la asesoría de este, en operaciones fraudulentas relacionadas con libros y manuscritos. En efecto, el siciliano apareció, en el 2007, exhibiendo cinco cuadernos con un diario secreto de Benito Mussolini que los habría escrito entre 1935 y 1939. Dell’Utri, un fascista admirador del Duce, decía haberlos recibido de la hija de un partisano fallecido cuya identidad se negó a revelar. El intento de estafa pronto quedó al descubierto: los diarios íntimos eran una burda falsificación que ya había sido rechazada por el Times de Londres en 1980, cuando intentaron vendérselos, y diez años después por la casa Sotheby cuando alguien, no identificado, trató de subastarlos.
Ladrones de incunables – Cuando los intelectuales italianos hicieron pública su denuncia contra De Caro, este resolvió adelantarse y se presentó a la justicia denunciando la desaparición de 1.500 volúmenes de la Biblioteca Girolamini. Pronto la cobertura del Director se derrumbó. Una primera partida de 240 libros raros y valiosos provenientes del monasterio napolitano fueron encontrados en un escondite de Verona. Interpol intervino y la unidad especializada en robos de obras de arte, libros y documentos, así como la Liga Italiana de Libreros Anticuarios, emitieron una alerta internacional. Se empezó a ubicar libros incunables y del siglo XVI que habían sido “tratados” para borrar señales identificatorias y vendidos en Londres, París, Nueva York, Tokio, Sidney, Buenos Aires y sobre todo en Mónaco, Ginebra y Zurich.
Como se sabe Suiza es uno de los países predilectos para  la venta discreta de libros y obras de arte robadas y el Principado de Mónaco es otro de los paraísos de un mercado oscuro donde nadie pregunta el origen de los tesoros ofrecidos. Un librero alemán, Herbert Schauer, que regentea la famosa librería anticuaria muniquesa Zisska & Schauer[5], fue detenido y extraditado a Italia para ser juzgado por la venta de 543 volúmenes robados de Girolamini. Schauer los fue colocando en las grandes ciudades aunque muchas pistas se desvanecieron en la frontera suiza. La extradición de Schauer no cayó bien en Alemania que todavía no ha asimilado el descubrimiento de unas 1.500 pinturas robadas por los nazis que el hijo (Cornelius) del marchand que las acopió para Hitler (Hildebrandt Gurlitt) había ido vendiendo por cuentagotas en Suiza. El pasaje por Munich de los incunables robados a la Girolamini coincide con el hallazgo, en el apartamento de Gurlitt, de cientos de pinturas que figuraban como destruidas por los nazis en las quemas de “arte degenerado” pero que realmente habían sido ocultadas para después venderlas.  
De Caro ha sido procesado por el robo de libros de la Biblioteca Girolamini y cumple una pena de siete años de prisión domiciliaria además de la interdicción perpetua para ocupar cargos públicos pero nadie es capaz de decir realmente cuantas obras desaparecieron y mucho menos cual puede ser el valor de lo robado. En este mercado oscuro los precios oscilan entre los cientos de miles a varios millones de euros. Lo que está claro es que Mariano Massimo es un engranaje de una organización mundial de robo y estafa con libros y documentos antiguos que ha asolado bibliotecas en los cinco continentes.
La conexión rioplatense – De Caro declaró tener un socio argentino, se trata de Daniel Guido Pastore (nacido en 1968) propietario de la librería anticuaria Imago Mundi, situada en Arroyo al 971, en el coqueto barrio bonaerense de la Recoleta[6]. Allí en un caserón reciclado y adornado con con estatuas de Borges y otros literatos opera una editorial, también denominada Imago Mundi y se ofrecen incunables y libros raros y valiosos. Se sabe que Pastore acompañó a De Caro a las prestigiosas subastadoras británicas Christies y Sotheby, en Londres, presentándose como un experto internacional para intentar “legitimar” la venta de valiosas obras presuntamente robadas de Girolamini. De Caro también reconoció ante la fiscalía italiana haber actuado con Pastore en la exitosa falsificación de un libro atribuido a Galileo.
El argentino Pastore tiene un prontuario internacional y es miembro de esa oscura cofradía que trafica con obras de arte, libros y manuscritos robados y que también falsifica, disfraza y cambia encuadernaciones para desarrollar su comercio. La asociación De Caro-Pastore operó en Londres cuando ambos intentaron subastar a través de la casa Bloomsbury un ejemplar de la edición original de Jorge Luis Borges, “Fervor en Buenos Aires”, de 1923, que los expertos denunciaron como robada de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.
El 24 de agosto de 2007, el escándalo estalló en España, Pastore y su equipo fueron acusados de la sustracción de mapas y grabados incunables que estaban depositados en la Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional de Madrid. El librero y sus colaboradores se habían hecho pasar por investigadores y con afilados fragmentos de hojas de trincheta habían depredado diez libros, seccionando doce páginas que contenían 19 grabados valiosísimos, entre los cuales el primer mapamundi de la “Cosmographia” de Ptolomeo, impreso en 1482 en Ulm, Alemania. Entonces se estimaba que el valor de lo robado superaba el millón de euros.
La directora de la Biblioteca Nacional española, la escritora Rosa Regás, se vio obligada a renunciar debido a este escándalo aunque denunció que le denuncia pública que hizo el ministro de cultura alertó a Pastore y su banda que regresaron inmediatamente a Buenos Aires. Cuando la policía los fue a buscar se encontró con un local de El Corte Inglés, los ladrones habían fugado. La justicia argentina no se mostró muy eficaz y aunque Pastore y sus cómplices, uruguayos residentes, fueron procesados, la sacaron rebarata. Devolvieron ocho mapas y otros dos aparecieron en Nueva York y en Sidney con lo cual se cerró el expediente judicial. También habrían robado, en la misma época, en la Universidad de Zaragoza.
Uno de los cómplices de Pastore es un librero anticuario de origen uruguayo, Washington Luis Pereira que regentea la bonaerense Librería Colonial, en Paraná y Juncal. El nombre de Pereira apareció en los recibos con los que Pastore intentó legitimar la posesión de libros y mapas robados. En 1998 Pereira vendió al Museo de Historia Nacional de Buenos Aires, por la suma de 35.000 dólares, 1.200 volúmenes de literatura latinoamericana. El librero presentó el negocio como una obra benéfica dado que según él los enajenó a la mitad de su valor. No se sabe si los libros adquiridos fueron sometidos a un peritaje adecuado y se piensa que muchos de ellos pueden provenir de sustracciones efectuadas en bibliotecas de ambas orillas del Plata. Pereira ha creado una llamada Fundación de Literatura Rioplatense Bartolomé Hidalgo que opera en un local de Independencia al 3681/83 de Buenos Aires.
El uruguayo de la navaja -  El principal especialista de Pastore en robos arriesgados es el uruguayo César Ovidio Gómez Rivero, alias “el negro”, alias “la mula”, alias “el maleta”. Este personaje, que dejó su foto, con su calva y su cara de pocos amigos, en un documento apócrifo que entregó para acceder como investigador a la Sala Cervantes de la Biblioteca madrileña fue quien disecó las páginas robadas con los mapas incunables de Claudio Ptolomeo, Bartolomé García de Nodal y Pomponio Mela. Sin embargo, el juez argentino no lo procesó por el robo sino por la venta de los mapas y como algunos fueron devueltos salió libre bajo fianza y se retiró a su domicilio en el lujoso complejo residencial La Delfina, en Sierra de los Padres, Provincia de Buenos Aires.
Gómez Rivero, que según parece nació en la ciudad de Canelones el 22 de mayo de 1947, es según denuncias periodísticas un visitante asiduo de todas las bibliotecas y museos de la región en donde ha practicado sus depredaciones. Los robos en la Sala de Materiales Especiales de la Biblioteca Nacional de Montevideo (2001, 2003, 2006) se le atribuyen. A pesar de haber empleado documentos y certificaciones falsas para acceder a los libros raros y valiosos y haber recurrido al uso de pelucas, lentes y otros aditamentos cosméticos, Gómez Rivero es reconocido por los funcionarios como un usuario demandante, prepotente e inclusive intimidante El País de Montevideo, en una nota del 7 de agosto de 2008, le atribuye robo de libros y documentos en Montevideo, Colonia, Salto, Mendoza y Buenos Aires.
En el Archivo Nacional de Asunción del Paraguay se le acusa de haber sustraído, trincheta mediante, varias páginas del libro de Actas del Cabildo correspondientes al año 1595. En Montevideo se presentó en una oportunidad en la Biblioteca Nacional exhibiendo credenciales como enviado de la Biblioteca del Vaticano por lo que a la luz de los escándalos napolitanos habría que preguntarse si esa documentación, seguramente falsa, no invoca al Cardenal Mejía o no es obra de Mariano Massimo De Caro o de su jefe Pastore. En Montevideo atacó en el Museo Giró y en la Casa de Lavalleja. Se le atribuye la desaparición de un par de cartas de Rivera dirigidas a Pueyrredón, (en 1835) y otras tantas de Juan Manuel Blanes al Dr. Angel Carranza, de Buenos Aires (en 1872).
Por último aseguran quienes lo recuerdan que en una de sus visitas dejó olvidado en sala un estuche de lentes que contenía varias hojas de afeitar y hojas de trincheta bien afiladas. Si no se ha jubilado tal vez vuelva por ellas o mande a un discípulo más joven.


 





[1] La característica más original de esta congregación es la libertad que siempre han tenido los sacerdotes y los seglares oratorianos pues no están atados por ningún voto o promesa. Cada oratorio es imitación del modelo fundado por San Felipe Neri en Roma pero es autónomo y no está sometido a jerarquías.
[2] Los comentaristas aluden a la ridícula pasión nobiliaria de la derecha europea de la que se burlaba el inolvidable Totó, que se proclamaba a si mismo como “Su Alteza Imperial Antonio Porfirogénito, descendiente de la Dinastía Focas de Constantinopla, de Angelo Flavio Ducas Comneno, de Bizancio, Príncipe de Cilicia, Macedonia, Dardania, Tesalia, el Ponto, Moldavia, Iliria y el Peloponeso, Duque de Chipre y el Epiro, Conde-Duque de Drivasto y Durazzo”.
[3] La Associazione del Buongoverno es un think tank de la derecha que agrupa a políticos, profesionales y empresarios italianos para promover el neoliberalismo y los “principios del mercado” (Cfr. http://www.buongoverno.it/ ).
[4] http://elpais.com/diario/2010/07/25/internacional/1280008805_850215.html. El 25/7/2010 El País de Madrid decía: “El asunto candente es la P3, la nueva Propaganda 2, la logia masónica fundada en 1877 por el Gran Oriente y refundada por Licio Gelli en los sesenta. En ella militaron 900 personajes, importantes funcionarios, políticos (cuatro ministros, 44 diputados) y militares, muchos de estos enrolados en los servicios secretos, y también un joven y ambicioso empresario: Silvio Berlusconi. El líder de la P3, según la fiscalía romana, es el empresario sardo Flavio Carboni, de 78 años. Viejo amigo de Berlusconi y colíder con Gelli de la P2”.

[5]  Es además una casa de remate de libros: Buch- und Kunstauktionshaus Zisska, Schauer & Co. KG, cuya dirección la ubica en Unterer Anger 15, Munich, Alemania .
[6] Imago Mundi es el nombre de una acreditada y respetada revista científica dedicada exclusivamente a la cartografía y Pastore ha resultado un audaz recolector de mapas antiguos que no ha encontrado nada mejor que ponerle ese nombre a su casa de comercio.

3 comentarios:

  1. Hace un tiempo alguien me comentó que ese vulgar delincuente, el tal Pastore, reabrió su libreria no muy lejos de donde la tenia antes (en Arroyo). Sera cierto? Quien autoriza a este ladrón de libros a seguir comerciando en el rubro?. Como curiosidad: la unica vez que pasé por esa libreria pregunté por láminas sueltas de iconografia rioplatense, y el muy descarado me dijo con cara de pocos amigos que en esa libreria respetaban los libros y no los destruian, separando las láminas!. Increible, pero cierto (por supuesto, yo no tenia ni idea por ese entonces con quien estaba tratando).

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