En
defensa de Dominique Huez II
SALUD
Y TRABAJO: RESPONSABILIDADES EMPRESARIALES Y PROFESIONALES
Lic.
Fernando Britos V.
El Dr. Huez es un veterano médico del trabajo que se
desempeña en la Central Termoeléctrica de Chinon, perteneciente a Electricité
de France (EDF). Está apelando una sanción que le impuso, a fines de enero
pasado, la comisión de disciplina del Ordre des Médecins (colegio médico de
Indre et Loire) producto de una queja formulada por una empresa contratista debido
a que Huez atendió, en diciembre del 2011, a un operario que presentaba depresión
severa y estableció que la misma era resultado de las condiciones de trabajo a
que era sometido.
La sala de audiencias de la comisión de disciplina
se vio desbordada por médicos del trabajo colegas de Huez, militantes de la CGT
e integrantes de asociaciones anti-nucleares, que concurrieron a apoyarlo. Se
le reprocha al galeno “haber faltado a sus obligaciones profesionales y
deontológicas” al redactar una certificación que establecía una relación entre
las condiciones de trabajo del asalariado y la psicopatología que presentaba.
La empresa que lo denunció facilita personal a las centrales nucleares de EDF y
ha expuesto que el objetivo de su denuncia es defenderse de las derivaciones a
las que conducen los dictámenes de los médicos laboralistas.
Huez atendió al trabajador en la Urgencia de la
Central. Presentaba un cuadro de ansiedad y depresión severa. Nunca había
trabajado antes en Chinon pero había sido trasladado allí desde un distante
lugar de origen porque en el mismo se había negado a desempeñar una tarea que
consideraba peligrosa, amparándose en su “doit de retrait”[1].
Huez conversó con su paciente durante una hora y media: “estaba a punto de
estallar” dijo el médico, que asegura haber podido evitar muchos suicidios
entre el personal de Chinon, en los treinta años de clínica que lleva desarrollados
allí.
Christophe Dejours - el reconocido psiquiatra y
psicoanalista, que ha efectuado aportes decisivos a la psicopatología y a la
psicodinámica del trabajo – señaló que Dominique Huez se ha especializado en el
sufrimiento en el trabajo y señaló que ha jugado un papel muy importante en el
conocimiento, la trasmisión y formación en materia de salud mental en el
trabajo. La opinión de los especialistas es unánime en considerar que Huez
tiene probada capacidad para expedirse sobre la salud psíquica del operario que
atendió. Es más, la ética profesional le imponía pronunciarse sobre lo que
comprobó.
El Código de Salud de Francia ha previsto la
participación de los colegios médicos y otras asociaciones profesionales
privadas, como instancias para tratar y eventualmente conciliar las diferencias
entre los pacientes, los usuarios del sistema de salud y los médicos y las
instituciones prestadoras de servicios. La novedad en estos últimos tiempos (y
la denuncia contra Huez es una de tantas) parece responder a una acción
concertada de las empresas, para “utilizar” las sociedades corporativas, presentando
denuncias contra los profesionales de la salud que actúan en el campo laboral
con el fin de intimidarles, obligarlos a retractarse o someterse a sanciones
por presuntas violaciones éticas.
Lo que expresamente procura el empresariado es
atacar la relación entre el trabajo y más específicamente las condiciones de
trabajo, por un lado, con el malestar psíquico, las enfermedades psicofísicas y
el sufrimiento en el trabajo, por el otro. Las asociaciones corporativas
privadas, como los colegios médicos, acostumbran laudar diferencias entre
médicos, clínicas y usuarios, e investigar denuncias de presunta mala praxis. No
son especialistas en medicina laboral y menos aún en psicopatología del trabajo
por lo que tienden a sostener posturas muy defensivas y conservadoras.
Al presentarse las empresas como denunciantes, las
asociaciones corporativas tienden a ponerse de su lado. Se sabe de muchos casos
de este tipo y se presume que muchos más no han tomado estado público porque se
han agotado en la etapa de conciliación mediante una retractación de los
profesionales denunciados. Sin embargo, Huez está dispuesto a defenderse, ha apelado
la sanción[2], llevará
el caso hasta las instancias más amplias y no se ha sometido a dar explicaciones
en la comisión disciplinaria ante el denunciante, por razones éticas. En efecto,
él no estaba dispuesto a discutir el caso y revelar la historia clínica de su
paciente ante su empleador, para no romper el secreto profesional que debe
amparar al trabajador.
Las objeciones planteadas por Huez y sus abogados
ante la comisión de disciplina del colegio médico no fueron tenidas en cuenta,
especialmente la impertinencia de acoger la denuncia de una empresa que no es
usuaria del servicio público y que mantiene intereses contrapuestos a los del paciente
que es, precisamente, quien resulta excluido del proceso.
El colegio médico adoptó un discurso ideológico contra
mi certificado – sostiene Huez – y me acusa de haber presentado los dichos del
paciente como comprobaciones y de haber trasmitido sobre las condiciones de
trabajo del paciente apreciaciones que podrían acarrear calificaciones de
índole penal. La corporación considera que relacionar las condiciones de trabajo
con el malestar psíquico excede las “comprobaciones médicas”. Huez “no puede incluir
en un certificado hechos que no ha comprobado personalmente”, sostiene el
colegio médico en su amonestación.
Dominique Huez fundamenta su apelación en las
siguientes razones:
-
Con una concepción retrógrada de que los
certificados médicos solamente sirven para “traumatismos y heridas” se ignora
la gran mayoría de las enfermedades profesionales. La anamnesis del paciente
debe ser tomada en cuenta en forma concreta y detallada. Es absurdo censurar en
un “escrito médico” los elementos que eventualmente llevarían al terreno de la responsabilidad
penal porque esto implicaría omitir deliberadamente todo lo que se desprende de
la responsabilidad del empleador en cuanto a seguridad laboral, es decir la
omisión deliberada de lo que hace al campo específico de la salud en el
trabajo.
-
La salud del paciente, que es el bien a
cautelar, ha sido ignorada por la instancia corporativa (el colegio médico) que
es la encargada de protegerlo; en cambio se deja manipular por los empleadores.
-
El colegio médico (Ordre des Médecins)
ha perdido las referencias sobre la cuestión social y las patologías evitables
generadas por el trabajo y su organización. Ha llegado el momento en que los
abusos de poder del colegio médico sean objeto de un debate jurídico, social y
ciudadano.
-
Los empleadores multiplican este tipo de
quejas para desacreditar lo que advierten los médicos laboralistas y para
escapar a su eventual responsabilidad penal.
-
Mi concepción de la ética profesional –
advierte Huez – me conduce a actuar con responsabilidad respecto a mi paciente
y reivindico mis actos médicos hacia el Sr. V.A. como todos los otros.
Los pasos de Huez pueden ser seguidos a través de http://www.a-smt.org/accueil [3].
Esta dirección corresponde a la página web (en francés) de la asociación SANTÉ ET MÉDECINE DU TRAVAIL (Salud y Medicina del Trabajo) que tiene por objeto
el desarrollo de una reflexión sobre los temas de su nombre y la de permitir un
intercambio sobre las prácticas profesionales y sus consecuencias científicas,
sociales y étnicas para actuar sobre la evolución de la medicina del trabajo.
La asociación está abierta a los médicos del
trabajo, y a los especialistas científicos y sociales que se preocupan de la
salud laboral. Además se encuentra entre las asociaciones profesionales que
fundaron E-Pairs (Evaluación de Prácticas Profesionales en Medicina del Trabajo)
para contribuir a los nuevos requisitos que se han planteado en Francia respecto
al Desarrollo Profesional Continuado (DPC) que es obligatorio para los médicos
y las enfermeras del trabajo.
[1] Según el Ministerio del Trabajo,
del Empleo y del Diálogo Social, “Ante un peligro grave, inminente e
inevitable, el empleador debe tomar las medidas y dar las instrucciones
necesarias para permitir a los asalariados detener su actividad y ponerse en
seguridad abandonando inmediatamente el lugar de trabajo”.
[2] Huez fue sancionado a fines de
enero pasado con una amonestación y se le fijó una multa de 35 euros que deberá
pagar a ORYS, la empresa que lo denunció.
[3] En la página de la SMT también se
encuentra información actualizada sobre demandas y presiones que los
empresarios llevan a cabo sobre otros médicos laboralistas y personal de salud
que ha demostrado la relación existente entre afecciones psicopatológicas y las
condiciones concretas de trabajo que sufrieron quienes les consultaron.
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