domingo, 6 de abril de 2014

Responsabilidades profesionales Vs. Responsabilidades empresariales



En defensa de Dominique Huez II
SALUD Y TRABAJO: RESPONSABILIDADES EMPRESARIALES Y PROFESIONALES
Lic. Fernando Britos V.
El Dr. Huez es un veterano médico del trabajo que se desempeña en la Central Termoeléctrica de Chinon, perteneciente a Electricité de France (EDF). Está apelando una sanción que le impuso, a fines de enero pasado, la comisión de disciplina del Ordre des Médecins (colegio médico de Indre et Loire) producto de una queja formulada por una empresa contratista debido a que Huez atendió, en diciembre del 2011, a un operario que presentaba depresión severa y estableció que la misma era resultado de las condiciones de trabajo a que era sometido.
La sala de audiencias de la comisión de disciplina se vio desbordada por médicos del trabajo colegas de Huez, militantes de la CGT e integrantes de asociaciones anti-nucleares, que concurrieron a apoyarlo. Se le reprocha al galeno “haber faltado a sus obligaciones profesionales y deontológicas” al redactar una certificación que establecía una relación entre las condiciones de trabajo del asalariado y la psicopatología que presentaba. La empresa que lo denunció facilita personal a las centrales nucleares de EDF y ha expuesto que el objetivo de su denuncia es defenderse de las derivaciones a las que conducen los dictámenes de los médicos laboralistas.
Huez atendió al trabajador en la Urgencia de la Central. Presentaba un cuadro de ansiedad y depresión severa. Nunca había trabajado antes en Chinon pero había sido trasladado allí desde un distante lugar de origen porque en el mismo se había negado a desempeñar una tarea que consideraba peligrosa, amparándose en su “doit de retrait”[1]. Huez conversó con su paciente durante una hora y media: “estaba a punto de estallar” dijo el médico, que asegura haber podido evitar muchos suicidios entre el personal de Chinon, en los treinta años de clínica que lleva desarrollados allí.
Christophe Dejours - el reconocido psiquiatra y psicoanalista, que ha efectuado aportes decisivos a la psicopatología y a la psicodinámica del trabajo – señaló que Dominique Huez se ha especializado en el sufrimiento en el trabajo y señaló que ha jugado un papel muy importante en el conocimiento, la trasmisión y formación en materia de salud mental en el trabajo. La opinión de los especialistas es unánime en considerar que Huez tiene probada capacidad para expedirse sobre la salud psíquica del operario que atendió. Es más, la ética profesional le imponía pronunciarse sobre lo que comprobó.
El Código de Salud de Francia ha previsto la participación de los colegios médicos y otras asociaciones profesionales privadas, como instancias para tratar y eventualmente conciliar las diferencias entre los pacientes, los usuarios del sistema de salud y los médicos y las instituciones prestadoras de servicios. La novedad en estos últimos tiempos (y la denuncia contra Huez es una de tantas) parece responder a una acción concertada de las empresas, para “utilizar” las sociedades corporativas, presentando denuncias contra los profesionales de la salud que actúan en el campo laboral con el fin de intimidarles, obligarlos a retractarse o someterse a sanciones por presuntas violaciones éticas.
Lo que expresamente procura el empresariado es atacar la relación entre el trabajo y más específicamente las condiciones de trabajo, por un lado, con el malestar psíquico, las enfermedades psicofísicas y el sufrimiento en el trabajo, por el otro. Las asociaciones corporativas privadas, como los colegios médicos, acostumbran laudar diferencias entre médicos, clínicas y usuarios, e investigar denuncias de presunta mala praxis. No son especialistas en medicina laboral y menos aún en psicopatología del trabajo por lo que tienden a sostener posturas muy defensivas y conservadoras.
Al presentarse las empresas como denunciantes, las asociaciones corporativas tienden a ponerse de su lado. Se sabe de muchos casos de este tipo y se presume que muchos más no han tomado estado público porque se han agotado en la etapa de conciliación mediante una retractación de los profesionales denunciados. Sin embargo, Huez está dispuesto a defenderse, ha apelado la sanción[2], llevará el caso hasta las instancias más amplias y no se ha sometido a dar explicaciones en la comisión disciplinaria ante el denunciante, por razones éticas. En efecto, él no estaba dispuesto a discutir el caso y revelar la historia clínica de su paciente ante su empleador, para no romper el secreto profesional que debe amparar al trabajador.
Las objeciones planteadas por Huez y sus abogados ante la comisión de disciplina del colegio médico no fueron tenidas en cuenta, especialmente la impertinencia de acoger la denuncia de una empresa que no es usuaria del servicio público y que mantiene intereses contrapuestos a los del paciente que es, precisamente, quien resulta excluido del proceso.
El colegio médico adoptó un discurso ideológico contra mi certificado – sostiene Huez – y me acusa de haber presentado los dichos del paciente como comprobaciones y de haber trasmitido sobre las condiciones de trabajo del paciente apreciaciones que podrían acarrear calificaciones de índole penal. La corporación considera que relacionar las condiciones de trabajo con el malestar psíquico excede las “comprobaciones médicas”. Huez “no puede incluir en un certificado hechos que no ha comprobado personalmente”, sostiene el colegio médico en su amonestación.
Dominique Huez fundamenta su apelación en las siguientes razones:
-          Con una concepción retrógrada de que los certificados médicos solamente sirven para “traumatismos y heridas” se ignora la gran mayoría de las enfermedades profesionales. La anamnesis del paciente debe ser tomada en cuenta en forma concreta y detallada. Es absurdo censurar en un “escrito médico” los elementos que eventualmente llevarían al terreno de la responsabilidad penal porque esto implicaría omitir deliberadamente todo lo que se desprende de la responsabilidad del empleador en cuanto a seguridad laboral, es decir la omisión deliberada de lo que hace al campo específico de la salud en el trabajo.
-          La salud del paciente, que es el bien a cautelar, ha sido ignorada por la instancia corporativa (el colegio médico) que es la encargada de protegerlo; en cambio se deja manipular por los empleadores.
-          El colegio médico (Ordre des Médecins) ha perdido las referencias sobre la cuestión social y las patologías evitables generadas por el trabajo y su organización. Ha llegado el momento en que los abusos de poder del colegio médico sean objeto de un debate jurídico, social y ciudadano.
-          Los empleadores multiplican este tipo de quejas para desacreditar lo que advierten los médicos laboralistas y para escapar a su eventual responsabilidad penal.
-          Mi concepción de la ética profesional – advierte Huez – me conduce a actuar con responsabilidad respecto a mi paciente y reivindico mis actos médicos hacia el Sr. V.A. como todos los otros.
Los pasos de Huez pueden ser seguidos a través de http://www.a-smt.org/accueil [3]. Esta dirección corresponde a la página web (en francés) de la asociación SANTÉ ET MÉDECINE DU TRAVAIL  (Salud y Medicina del Trabajo) que tiene por objeto el desarrollo de una reflexión sobre los temas de su nombre y la de permitir un intercambio sobre las prácticas profesionales y sus consecuencias científicas, sociales y étnicas para actuar sobre la evolución de la medicina del trabajo.
La asociación está abierta a los médicos del trabajo, y a los especialistas científicos y sociales que se preocupan de la salud laboral. Además se encuentra entre las asociaciones profesionales que fundaron E-Pairs (Evaluación de Prácticas Profesionales en Medicina del Trabajo) para contribuir a los nuevos requisitos que se han planteado en Francia respecto al Desarrollo Profesional Continuado (DPC) que es obligatorio para los médicos y las enfermeras del trabajo.


[1] Según el Ministerio del Trabajo, del Empleo y del Diálogo Social, “Ante un peligro grave, inminente e inevitable, el empleador debe tomar las medidas y dar las instrucciones necesarias para permitir a los asalariados detener su actividad y ponerse en seguridad abandonando inmediatamente el lugar de trabajo”.
[2] Huez fue sancionado a fines de enero pasado con una amonestación y se le fijó una multa de 35 euros que deberá pagar a ORYS, la empresa que lo denunció.
[3] En la página de la SMT también se encuentra información actualizada sobre demandas y presiones que los empresarios llevan a cabo sobre otros médicos laboralistas y personal de salud que ha demostrado la relación existente entre afecciones psicopatológicas y las condiciones concretas de trabajo que sufrieron quienes les consultaron.

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